Por: David Wilkerson
Yo sé que la Biblia dice que Satanás ha descendido en estos últimos días con gran ira (ver Apocalipsis 12:12). Pero yo no puedo concebir que Dios permita a Satanás y a sus tropas asaltar libremente a la iglesia sin que el Espíritu Santo venga con mayor poder y manifestación.
La Biblia dice:
Los hombres malos se tornarán más y más impíos.
Una gran cantidad de fieles se apartará.
El amor de muchos se enfriará.
La fe de muchos naufragará.
Vendrán predicadores falsos y engañarán a muchos.
Las personas amarán más el placer que a Dios.
Pero, amados, ninguna de estas cosas puede estorbar la obra del Espíritu Santo. Nada puede silenciar el grito de victoria que Él trae. Nada puede detener la gran marea de alabanza triunfante que está viniendo. Nada puede apagar Su fuego ni impedir que Su lluvia caiga.
ALÍSTATE PARA TESTIFICAR
Yo te insto: Alístate para que tus compañeros de trabajo vengan y te digan: “Yo sé que eres cristiano. Estoy muy preocupado por lo que está sucediendo en el mundo. Por favor, dime lo que tú crees”. A cada pastor humilde de una pequeña iglesia, y a cada líder de un grupo de oración que nadie ve, el Espíritu Santo quiere estar en medio de ti, tocarte y revivirte. ¿Lo creerás?
Lo único que aquellos ciento veinte discípulos en el Aposento Alto tenían para sujetarse, era la promesa de Jesús de que Él vendría. Y Él vino, ¡con un poder nunca antes visto en toda la historia! De igual manera hoy, lo único que nosotros tenemos para sujetarnos es una promesa de nuestro Señor. Él ha prometido a todo aquel que le sigue: “Yo, pues, os asigno un reino” (Lucas 22:29).