Por: Max Lucado
Somos colaboradores de Dios. 1 Corintios 3.9
Ciertamente es maravilloso el día cuando dejamos de trabajar para Dios y comenzamos a trabajar con Dios.
Por años vi a Dios como un compasivo director disponible mediante una llamada o un facsímil. Él me estimulaba, me apoyaba, me respaldaba, pero no iba conmigo. Al menos, eso pensaba. Entonces leí 2 Corintios 6.1 : «Somos colaboradores de Dios».
¿Colaboradores? ¿Compañeros de trabajo? ¿Dios y yo trabajamos juntos? Imagínate el cambio paradigmático que esta verdad encierra. En lugar de reportarnos a Dios, trabajamos con Dios. En lugar de reportarnos y seguir solos, nos reportamos y seguimos con Él. Siempre estamos en presencia de Dios … No existe un momento que no sea sagrado.
Tomado de Como Jesús