No olvides compartir ...

Por: A. W. Pink

Este artículo forma parte de la serie «La seguridad eterna»

Es natural murmurar cuando todo parece salir mal y el rostro de la Providencia muestra un ceño oscuro, pero es sobrenatural someterse mansamente y decir “que se haga la voluntad del Señor”. Cuando “el fuego del Señor” se apagó y devoró a Nadab y Abiú por causa de su conducta presuntuosa, lejos de que su padre estallara en enojo por la severidad de su castigo, se nos dicen que él “mantuvo la paz” (Lv 10:3)

Cuando al anciano Eli le fueron dadas a conocer las terribles noticias de que sus dos rebeldes hijos iban a ser castigados por el juicio Divino en un mismo día, él consintió en silencio diciendo: “Jehová es; haga lo que bien le pareciere” (1Sa 3:18). Cuando los hijos e hijas de Job fueron repentinamente muertos y sus rebaños y manadas robados, él exclamó: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21), y cuando su propio cuerpo fue herido con “dolor desde la planta del pie hasta la coronilla”, lejos de perder toda confianza en Dios y apostatar, declaró “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15).

Tomado del libro «Seguridad Eterna» de A.W. Pink.

*A.W. PinkFue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas


Puedes seguirnos en WhatsApp, Instagram,Messenger,Facebook, Telegram o Youtube. También puede suscribirse a nuestro boletín por correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *