Por: David Wilkerson
Cuando comencé a preparar este mensaje, el periódico Wall Street Journal reportaba que el mundo entero estaba cubierto bajo una gran nube de miedo. Inmediatamente, mis pensamientos se tornaron hacia nuestros feligreses de la Iglesia de Times Square. Ellos no muestran dicho miedo. En lugar de ello, mientras todos nosotros tenemos una gran sobriedad acerca de estos tiempos, también tenemos un gozo profundo y permanente.
Fui guiado al Salmo 37, escrito por David:
“Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el mal [catastrófico] tiempo, y en los días de hambre serán saciados” (Salmo 37:18-19, énfasis añadido).
El Salmo 37 nos dice que el Señor actúa contra aquellas sociedades cuyos pecados han afrentado al cielo.
“Los brazos [el poder] de los impíos serán quebrados” (37:17).
La asombrosa profecía de David para el pueblo de Dios está cumpliéndose ante nuestros ojos. Sin embargo, este mismo salmo es también uno de mucha esperanza. Contiene una promesa increíble para aquellos que ponen su confianza plenamente en el Señor.
TIEMPO DE RECUPERACIÓN
Llegará el momento el cual Isaías describe como “día de venganza de Jehová, año de retribuciones (recuperación) en el pleito de Sión” (Isaías 34:8).
“Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos; pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira…no callaré, sino recompensaré” (Isaías 65:2–3, 6).
Sabemos que nuestro Dios no está dormido. Lo que vemos que le está sucediendo a nuestra economía no es sólo la venganza de Dios, sino que tiene que ver con el mismísimo honor y gloria del Dios Todopoderoso. Él no se quedará mirando sin hacer nada mientras Sus caminos son calumniados por los impíos.
Al mismo tiempo que el Señor está pagando al impío, Él recompensará a los que confían en Él.