Por: Thomas Watson.
Este artículo forma parte de la serie: Todo obra para bien.
Es un poder glorioso (Col. 1:11) y está comprometido para el bien de los elegidos. El poder de Dios obra para bien al sostenernos en la dificultad, pues debajo están los brazos eternos» (Deut. 33:27). ¿Qué sostuvo a Daniel en el foso de los leones? ¿Qué sostuvo a Jonás en el vientre de la ballena? ¿Qué sostuvo a los tres hebreos en el horno? Solo el poder de Dios. ¿No es extraño ver crecer y florecer una caña cascada? ¿Cómo puede un cristiano débil, no solo soportar la aflicción, sino regocijarse en ella? Está sostenido por los brazos del Todopoderoso. «Mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Cor. 12:9).
El poder de Dios obra por nosotros supliendo nuestras necesidades. Dios crea consuelos cuando los medios fallan. El que trajo alimento al profeta Elías por medio de cuervos, traerá sustento a Su pueblo. Dios puede conservar el «aceite en la vasija» (1 Reyes 17:14). El Señor hizo que el sol en la esfera de Acaz retrocediera diez grados. Así, cuando nuestras comodidades exteriores están declinando y el sol está casi poniéndose, Dios, a menudo, causa un avivamiento y hace retroceder el sol muchos grados.
El poder de Dios somete nuestras corrupciones. «Él someterá nuestras iniquidades» (Miqueas 7:19). ¿Es fuerte tu pecado? Dios es poderoso; Él quebrará la cabeza de este leviatán. ¿Es duro tu corazón? Dios disolverá esa piedra en la sangre de Cristo. «Dios ha enervado mi corazón» (Job 23:16). Cuando decimos, como Josafat: «No tenemos fuerza contra este gran ejército» (2 Cr. 20:12), el Señor sube con nosotros y nos ayuda a pelear nuestras batallas. Él corta las cabezas de esos deseos de Goliat que son demasiado fuertes para nosotros.
El poder de Dios vence a nuestros enemigos Él mancha el orgullo y quiebra la confianza de los adversarios. «Los quebrantarás con vara de hierro» (Salmo 2:9). Hay furia en el enemigo y malicia en el diablo, pero omnipotencia en Dios) ¡Cuán fácilmente puede Él derrotar todas las fuerzas de los malvados! «¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas!» (2 Cr. 14:11) El poder de Dios está del lado de su Iglesia) «Dichoso tú, Israel, pueblo salvado por Jehová, que es escudo de tu ayuda y espada de tu grandeza» (Dt. 33:29)
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*Thomas Watson. Predicador Puritano inglés, del que se ignora su genealogía y la fecha de su nacimiento. Estudió con ahínco en el Emmanuel College de la Universidad de Cambridge, llamada la “Escuela de los Santos”, porque allí recibió su educación universitaria un número elevado de los llamados Puritanos, o teólogos evangélicos reformados del siglo XVII
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Querida gente ¡buenas tardes!
Csda lectura, de las que me envían diariamente, son un pasito más hacia «el conocimiento».
Mi ejemplar de la Biblia, por h o por b, duerme en un estante. Es el momento de que vuelva a ella. Aunque ciertos pasajes los tengo grabados, no es cuestión…