Por: Max Lucado
Los cielos cuentan la gloria de Dios. Salmo 19.1
Cuan vital es que oremos armados con el conocimiento de que Dios está en el cielo. Sin esa convicción, tus oraciones serán tímidas, triviales y huecas. Pero dedica algún tiempo a caminar por el taller de los cielos, viendo lo que Dios ha hecho, y observa cómo tus oraciones cobran energía.
¡He aquí el sol! Cada metro cuadrado del sol está emitiendo constantemente ciento treinta mil caballos de fuerza, o el equivalente a cuatrocientos cincuenta motores de automóvil de ocho cilindros. Y, sin embargo, nuestro sol, con todo lo poderoso que es, es una pequeña estrella en los cien mil millones de orbes que componen nuestra galaxia Vía Láctea. Toma una monedita de diez centavos y extiende el brazo hacia el cielo, dejando que la moneda eclipse tu visión. Habrás bloqueado quince millones de estrellas de tu vista… Al mostrarnos los cielos, Jesús nos está mostrando el taller de su Padre… Nos toca en el hombro y nos dice: «Tu Padre puede resolverte eso».
Fuente: La Gran Casa de Dios