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Por: Charles Stanley

Guarda silencio ante el Señor, y espera en él… No te alteres, que eso empeora las cosas. SALMOS 37.7–8, RVC

Nunca es sabio conocer la voluntad de Dios y descartarla. Si el Padre ha insistido en que usted espere, el único curso sabio es aguardar con paciencia hasta que Él le muestre cómo proceder. Hacerlo de otra manera puede significar demorar sus bendiciones, o peor, perderlas por completo.

El rey Saúl descubrió esto por la vía difícil. Él sabía muy bien que el Señor había designado a Samuel para que hiciera los sacrificios. Sin embargo, con un enorme ejército filisteo dispuesto contra las escasas fuerzas israelitas, dejó que el miedo le ganara. El profeta no había llegado para ofrecer la ofrenda, sus hombres desertaban, los soldados enemigos estaban impacientándose, y Saúl sabía que no podía derrotar a los filisteos sin la ayuda de Dios. Así que desobedeció a Dios y ofreció él mismo el sacrificio. Por su impaciencia, el Señor quitó el reino de sus manos (1 Samuel 13.1–14).

No cometa el mismo error. No actúe guiado por el miedo. Cualquiera que sea la decisión, espere a Dios. Él le mostrará qué hacer y bendecirá su obediente paciencia.

Padre, esperaré por ti. Sé que tú me oyes y responderás a mis oraciones en tu tiempo perfecto. Amén.

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Un comentario en «Ante pruebas y adversidades debemos ser pacientes y obedientes – Charles Stanley»

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