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Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Mi búsqueda diaria«
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. ROMANOS 6:10
Cuando la justicia de Dios confronta a la culpa humana, trae sentencia de muerte, pero la misericordia de Dios posterga la ejecución, puesto que esta también es un atributo de Dios y no contradice al otro, sino que operan en conjunto.
Cuando la justicia de Dios ve la iniquidad, tiene que llegar el juicio. Sin embargo, la misericordia de Dios que llevó a Cristo a la cruz le ofreció a toda la humanidad la cancelación de ese juicio.
No puedo afirmar que lo comprendo, pero me hacen muy feliz las cosas que sí sé y entiendo, y me deleito en aquellas que no conozco ni comprendo. Celebro lo que no conozco porque eso está en manos de Dios, que conoce todas las cosas a la perfección.
Sé que Dios, el poderoso Creador, murió en la cruz por los pecados de su criatura. También sé que Dios le dio la espalda a ese hombre santo, santo, santo, que al morir pagó nuestra penalidad, haciendo posible el pleno perdón.
No sé cómo es posible eso, pero sí sé que a través de Jesucristo la justicia y la misericordia de Dios fluyen en mi vida, en una melodía cuyo resultado es el perdón.
Bien pudo el sol esconderse en la oscuridad
Y dejar sus glorias ahí,
Cuando Cristo, el poderoso Hacedor, murió
Por el hombre pecador.
ISAAC WATTS (1674-1748)
Padre celestial, me regocijo en tu justicia y tu misericordia, porque traen a mi vida el gozo del perdón y la reconciliación contigo. Lo único que necesito saber es que tus atributos satisfagan cada una de mis necesidades. Amén.
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