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Por: Miguel Núñez

Este artículo forma parte de la serie «95 tesis para la iglesia de hoy» del Pastor Miguel Núñez

Si Cristo no es el Señor de tu vida, tampoco es tu Salvador

Basada en Mateo 7:21

Hoy en día, y desde la década de los años 70, ha habido una gran controversia acerca del señorío de Cristo en la salvación. Hoy se continúa enseñando que una persona puede recibir a Cristo como Salvador y no tenerlo como Señor. Eso es una enseñanza completamente nueva en la historia de la iglesia. Para la iglesia primitiva eso sería algo completamente inconcebible. De hecho, esa gente perdió su vida porque no quería llamar Señor al César y prefería llamar Señor a Cristo, su Salvador. El Señor Jesús, incluso, enseñó en Mateo 7:21: “¿Por qué me dices: ‘Señor, Señor’ y no haces lo que te digo?”. O: “No todo el que me dice: “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino aquel que hace la voluntad de Mi Padre”. El que hace “la voluntad de Mi Padre” implica obviamente que esa persona está viviendo bajo el señorío de Cristo. La única manera en que puedes tener salvación es si Cristo es tu Redentor, tu Salvador, y, al mismo tiempo, tu Señor.

Uno de los grandes problemas del cristiano de hoy es que después de haber hecho una profesión de fe no vive el señorío de Cristo en su vida; y muchas de las áreas de su vida permanecen completamente desorganizadas y con hábitos pecaminosos.

Cuando eso ocurre, creo que vale la pena preguntarnos: “¿Realmente estoy en un estado de salvación?”. Porque, una vez más, queremos recordar que hay una sola cosa peor que no ser salvo, y es creerse salvo y no serlo. Por tanto, esto es un llamado al cristiano, a que verdaderamente viva el señorío de Cristo, y si no lo hace, a que examine su vida y su conversión a la luz de la Palabra. No lo dejes para después. ¡Examínate y sé honesto contigo mismo!


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