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Por: John MacArthur

Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»

«Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas». JUAN 21:17

Como Dios sabe todas las cosas, conoce nuestras luchas y nos ayudará a vencer.

Es reconfortante saber que aun en la inmensidad del universo, no estoy perdido en la insignificancia; Dios me conoce en persona. ¿Se ha preguntado si sabe que usted está ahí? Algunas personas piadosas en la época de Malaquías se lo preguntaron. Malaquías habló palabras de juicio contra los malvados, pero los creyentes fieles temían que Dios los olvidara y que ellos también fueran consumidos por la ira de Dios. «Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve» (Malaquías 3:16-17). Dios tiene un libro y no olvida quién le pertenece. Sé que Dios me conoce y que le pertenezco.

David también encontró consuelo en la omnisciencia de Dios. Él dijo: «Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?» (Salmos 56:8). Era costumbre que las lloronas contratadas en los funerales en el tiempo de David atraparan sus lágrimas en una botella, tal vez para confirmar que se ganaban el dinero. David sabía que ninguna de sus pruebas pasó inadvertida para Dios. Él no solo sabe de ellas, también se interesa por ellas.

A veces puede que se sienta frustrado en su caminar cristiano al ver el pecado en su vida. Pero, por dicha para nosotros, Dios sabe que todavía lo amamos a pesar de nuestros defectos. En Juan 21, Pedro siguió tratando de convencer a Cristo de que lo amaba, aunque sus palabras y acciones no siempre lo probaban.

Finalmente, Pedro dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo» (v. 17). Pedro apeló a la omnisciencia del Señor. Nosotros podemos hacer lo mismo cuando tropezamos.

Sugerencias para la oración: Agradezca a Dios por conocer e interesarse por sus luchas.

Para un estudio más profundo: Lea Job 42:1-6. ¿Qué reconoció Job acerca de Dios? ¿Qué le llevó eso a hacer?


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