Por: Thomas Watson
Nos tranquiliza considerar, en todas las aflicciones que nos acontecen, que Dios tiene un control especial de ellas: «El Todopoderoso me ha afligido» (Rut 1:21). Al igual que el hacha no puede cortar por sí misma sin una mano, los instrumentos no pueden actuar hasta que Dios les da una comisión. Job vio a Dios en su aflicción. Por tanto, como observa Agustín, no dice: «Jehová dio, y el diablo quitó», sino: «Jehová quitó».
*Thomas Watson. Predicador Puritano inglés, del que se ignora su genealogía y la fecha de su nacimiento. Estudió con ahínco en el Emmanuel College de la Universidad de Cambridge, llamada la “Escuela de los Santos”, porque allí recibió su educación universitaria un número elevado de los llamados Puritanos, o teólogos evangélicos reformados del siglo XVII
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