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Por: Jonathan Edwards

Este artículo forma parte de la serie: La negligencia de los hipócritas

A menudo se nos enseña que la aparente bondad y piedad de los hipócritas no es de naturaleza duradera y perseverante. Y esto es así particularmente en lo que respecta a la práctica del deber de oración; y especialmente de la oración secreta. Pueden omitir este deber, y los demás, que saben qué profesión han hecho, no se darán cuenta de su omisión. Por tanto, el respeto a su propia reputación no les obliga todavía a practicarlo. Si otros vieran cómo descuidan la oración, se sorprendería mucho de su caridad hacia ellos. Pero su negligencia no cae bajo la observación de los demás; al menos, no bajo la observación de muchos.

Por lo tanto, pueden omitir este deber y aún tener el crédito de ser personas convertidas. Los hombres de este tipo pueden descuidar gradualmente la oración secreta, sin perturbar mucho su paz. Porque si bien, en efecto, para un converso vivir en gran medida sin oración secreta está muy lejos de la noción que alguna vez tubo de un verdadero converso; sin embargo, encuentran medios graduales para alterar sus nociones y adaptar sus principios a sus inclinaciones; y, finalmente, llegan a esto, en su concepción: un hombre puede convertirse y vivir aún descuidando la oración privada. Con el tiempo podrán hacer que todas las cosas encajen: una esperanza del cielo con una indulgencia de la pereza para satisfacer los apetitos carnales y vivir en gran medida una vida sin oración. De hecho, no pueden hacer que estas cosas concuerden de repente; Debe ser una obra de tiempo y un largo período para afectarlo. Gradualmente, descubren maneras de guardar y defender sus conciencias contra estos poderosos enemigos, de modo que estos enemigos y una conciencia clara y segura puedan eventualmente vivir muy bien juntos.

*Jonathan Edwards (1703 – 1758). Predicador norteamericano congregacionalista, usado por el Señor en el Gran Despertar ; nacido en East Windsor, Condado de Connecticut, puedes leer más de su biografía en este enlace.


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