Por: Charles Stanley
Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado. SALMOS 18.3, LBLA
Con seguridad pueden haber ocasiones en que usted encuentre difícil alabar a Dios. Los conflictos y las cargas pueden agobiar tan pesadamente su corazón que la preocupación y la desesperanza le consuman.
Sin embargo, incluso durante los tiempos de adversidad, su Salvador es digno de su adoración. Jesús no solo le ha dado vida eterna (Juan 3.16) y conquistado todo reto que usted enfrenta (Juan 16.33), sino que además le ama con amor eterno (Jeremías 31.3) y nunca le abandonará (Hebreos 13.5).
Es debido a esta misma razón que usted debe dedicar tiempo a conocerlo. Porque cuando medita en su Palabra, describe y descubre quién es Él realmente: el Dios maravilloso, santo, omnipotente, sabio y misericordioso. Y mientras mejor conozca a su amoroso Salvador, más querrá exaltarlo por quién es Él y lo que ha hecho por usted.
Por lo tanto, ¿qué le impide alabar a Dios? ¿Le parecen abrumadoras sus circunstancias? Entonces dedique un momento a quedarse quieto delante de Él. Piense en Jesús, su amor incondicional, su amistad indeclinable y sus maravillosos planes para su vida. Concéntrese en Él. Muy pronto la alabanza ciertamente fluirá.
¡Jesús, con certeza eres digno de mi alabanza y adoración! ¡A ti sea toda la gloria y el honor! Amén.
Puedes seguirnos en ,Messenger,Facebook, Telegram o Youtube. También puede suscribirse a nuestro boletín por correo electrónico.
Cuando realmente tenemos comunión con El Señor y le conocemos tal y como es! Nuestra adoración es genuina y sale de nuestro corazón agradecido!
Nuestro Padre Celestial siempre está dispuesto a escucharnos,aún en momentos de ingratitud. Doy gracias por su incomparable amor, en nuestros momentos oscuros Él está presente, y es ahí cuando más debemos rendirnos ante su trono, pues sólo de esa forma recibiremos fortaleza, paz y encontraremos la sabiduría para aceptar y recibir su voluntad. Sólo así estamos adorando verdaderamente a nuestro Señor.