Por: John MacArthur
Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa; porque no es correcto que la mujer hable en la iglesia. 1 Corintios 14:35 (LBLA)
Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos. La implicación presente en esta declaración es que ciertas mujeres estaban fuera de orden haciendo preguntas en el culto de la iglesia. Si ellas deseaban aprender, la iglesia no era el lugar apropiado para que ellas plantearan sus preguntas en forma perturbadora.
Pablo también implica, por supuesto, que los esposos cristianos debieran estar bien instruidos en la Palabra de Dios. Muchas mujeres se sienten tentadas a ir más allá de su papel bíblico debido a su frustración con hombres cristianos, incluyendo a menudo a sus propios esposos, que no cumplen de firma responsable con la tarea de liderazgo que Dios les ha dado. Pero Dios ha establecido el orden y las relaciones apropiadas de los papeles de hombre -mujer en la iglesia, y no deben ser ignoradas por ninguna razón. Que una mujer asuma el papel del hombre porque él lo ha descuidado solo sirve para complicar el problema. No es posible para una mujer sustituir al hombre en tales cosas. Dios a menudo ha llevado a las mujeres a hacer trabajos que los hombres han rehuido hacer, pero no las dirige a llevar a cabo ese trabajo por medio de papeles que Él ha reservado para los hombres.
Hay momentos en reuniones informales y estudios bíblicos cuando es completamente apropiado para hombres y mujeres participar por igual en un intercambio de preguntas y puntos de vista. Pero cuando la iglesia se reúne como un cuerpo para adorar a Dios, sus normas son claras: el papel de liderazgo está reservado a los hombres.
Es evidente que muchos de los creyentes corintios, hombres y también mujeres, habían discutido con Pablo acerca de este asunto. Ellos estaban dispuestos a seguir sus propios principios y normas sin importar lo que el apóstol y otros líderes maduros dijeran. En su orgullo y arrogancia la iglesia quería establecer ella su propia ley, decidiendo por sí misma qué es correcto y apropiado. Actuaban como si tuvieran un monopolio de la verdad y no toleraban que otros lo cuestionaran.
Fragmentos del Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Primera Corintios pág. 453.
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