Por: David Wilkerson
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas” (Mateo 6:31-32).
Jesús está advirtiendo sobre la tendencia pagana de preocuparse, y sus palabras tocan mi alma. Nos dice que la preocupación -sobre nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra supervivencia- es una forma de vida pagana.
UNA MALA ACTITUD
La preocupación es la actitud de aquellos que no tienen un Padre celestial. Ellos no conocen a Dios como Él desea ser conocido: como un padre celestial que se preocupa por nosotros, que nos provee y nos ama.
Para todos aquellos que son creyentes, no es suficiente conocer a Dios sólo como el Todopoderoso, el Creador y el Señor de todo. Él también quiere ser conocido como nuestro Padre celestial.
“Pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (6:32).
“No os afanéis por el día de mañana” (6:34).
UNA ACTITUD CORRECTA
Con estas sencillas palabras, Jesús nos ordena: «No prestes atención, ni tengas una sola preocupación por lo que podría o no podría pasar mañana. No puedes cambiar nada y no sirve de nada preocuparse. Cuando lo haces, sólo actúas como lo hacen los gentiles».
Entonces Jesús dice: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (6:33). En otras palabras, hemos de seguir amando a Jesús. Hemos de seguir adelante, echando toda nuestra ansiedad sobre Él. Y debemos descansar en su fidelidad. Nuestro Padre Celestial se encargará de que se nos suministren todas las cosas esenciales de la vida.