Por: Dwight Moody
Este artículo pertenece a la serie: «120 meditaciones de D.L. Moody»
«Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?». MATEO 16:26
«Papá», dijo el niñito cuando saltó a la rodilla de su padre y lo vio a cara. «Papá, ¿está asegurada tu alma?» ¿En qué estás pensando, hijo mío», respondió el padre agitado. «¿Por qué haces esa pregunta?»
«Porque escuché que el Tío Jorge dijo que tenías la casa y tu vida aseguradas. Pero no creía que hubieras pensado en tu alma, y tenía miedo de que la perdieras. ¿No la asegurarás ahora mismo?»
El padre puso su cabeza en su mano y se quedó callado. Poseía muchos acres de tierra que estaban cubiertos de cosechas copiosas. Sus graneros estaban llenos. Todos sus edificios estaban asegurados. Y como si eso no fuera suficiente, para el cuidado de su esposa y único hijo, en caso de su muerte, el día anterior había comprado una póliza de seguro por una gran cantidad de dinero.
Pero todavía no había pensado para nada en su alma inmortal. En la que se perdería y volvería al polvo no se había molestado para nada. Pero para la que viviría para siempre, a través de largos períodos en la eternidad, no había tomado precauciones. Su hijo tenía razón al preguntarle si había asegurado su alma, porque eso es primordialmente el seguro más importante que una persona puede tener.
Reflexión ¿Por qué algunas personas, incluso cristianos, dedican tanto esfuerzo para construir carreras y adquirir cosas, sin darle mucho pensamiento a su destino eterno? ¿Hay alguien cuyo «seguro del alma» le preocupe? ¿Cómo puede orar por esta persona?
*Dwight Moody conocido como D.L. Moody, fue un evangelista, además de fundar la Iglesia Moody, la escuela Northfield y escuela Mount Hermon en Massachusetts, el Instituto Bíblico Moody y la Moody Press. Lee su biografía HACIENDO CLIC AQUÍ.
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