Por: John MacArthur
Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»
«Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán». SALMOS102:27
Dios no cambia nunca, por eso se puede confiar en que hará lo que dice.
Solo Dios es inalterable (o como dicen los teólogos, inmutable). El salmista dice: «Ellos [los cielos y la tierra] perecerán, mas tú permanecerás … tú eres el mismo, y tus años no se acabarán» (Salmos 102:26-27). Aunque Israel merecía la destrucción por su pecado, Dios fue fiel a su pacto con Abraham, diciendo: «Yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos» (Malaquías 3:6). Santiago llama a Dios «Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación» (1:17).
¿Qué pasa con esos versículos que dicen que Dios cambió de opinión (como, Amós 7:3, 6; Jonás 3:10)? Veamos un ejemplo. Jonás advirtió a la malvada ciudad de Nínive de un juicio inminente. La gente se arrepintió de inmediato, de modo que cuando «vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino … se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo» (3:10). ¿Quién cambió? ¡La gente de Nínive! La naturaleza de Dios para castigar el mal y recompensar el bien siguió siendo la misma, pero el objeto cambió.
Usted no puede culpar al sol por derretir la cera y endurecer la arcilla. El problema está en la sustancia de la cera y la arcilla, no en el sol. De manera similar, nuestra posición ante Dios determina cómo actúa Él con nosotros.
¿Qué significa eso del carácter inmutable de Dios? Para los incrédulos, significa juicio. Cuando Dios dice: «El alma que pecare, esa morirá» (Ezequiel 18:20) y «la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23), lo dice en serio. Cuando afirma que el infierno es eterno (Mateo 25:46; Apocalipsis 20:10, 13-15), es porque lo es.
Para los cristianos, su inmutabilidad significa seguridad. Si Él me amó en el pasado, me ama ahora y me amará siempre. Si me perdonó y me salvó, lo hizo para siempre. Si me prometió algo, su promesa permanece para siempre. Si la Biblia dice: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta» (Filipenses 4:19), sabemos que el poder que suplió las necesidades de Pablo es el mismo que suplirá las nuestras. Dios le dijo a Israel: «Con amor eterno te he amado» (Jeremías 31:3), por lo que su amor por nosotros es el mismo.
Sugerencias para la oración: Alabe a Dios por su inmutabilidad y agradézcale por la seguridad que le brinda.
Para un estudio más profundo: Encuentre algunas promesas que Dios hace a sus hijos en las Escrituras y pida fe para creer en ellas, aun cuando creer sea difícil.
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