Por: Max Lucado
Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Salmo 37.5
Dios está comprometido a suplir nuestras necesidades. Pablo nos dice que el hombre que no provee para los suyos es peor que un incrédulo (1 Timoteo 5.8) ¿Cuánto más un Dios santo cuidará de sus hijos? Después de todo, ¿cómo podemos cumplir su misión si no son cubiertas nuestras necesidades?¿Cómo podemos enseñar, ministrar o influir si no se satisfacen nuestras necesidades básicas? ¿Nos reclutará Dios en su ejército y no proveerá una intendencia? Por supuesto que no.
«[Ruego que] el Dios de paz les dé todo lo necesario para que ustedes puedan hacer lo que él desea». (Hebreos 13.20) ¿No ha recibido esta oración respuesta en nuestra vida? Quizás no hayamos tenido un festín, pero ¿no hemos tenido siempre alimento? Quizás no haya habido banquete, pero por lo menos hubo pan. Y muchas veces hubo banquete.