Por: Richard Baxter
Romanos 14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Siempre que sientas la más mínima inclinación hacia la desobediencia, responde con un ejército de gracias santas: celo, valor y amor hacia Dios. Extingue cada pequeña chispa que caiga sobre tu corazón antes de que se convierta en una llama. Cuando el pecado es pequeño y débil, puede resistirse con facilidad. Pero cuando la tentación se hace fuerte, la gracia se debilita y nos falta el sentimiento de la presencia de Dios, de sus atributos, y de las verdades para reprender el pecado.
¡No te alejes de la voz de Dios, descarriándote más allá de su llamado! El hábito de la obediencia se verá peligrosamente abatido si no resistes rápidamente los actos de pecado. Esfuérzate por tener un entendimiento claro de la voluntad de Dios, para que no retrases tu obediencia por las dudas. Si dudas si el pecado es pecado, eso debilita tu resolución, y hace que estés dispuesto a acercarte a él. Cuando una persona está segura de su obligación, eso es de gran ayuda contra todo tipo de tentaciones. Cuando está segura de que algo es pecaminoso, es más fácil resistir.
El método del diablo es engañar al entendimiento, haciendo creer a la gente que las obligaciones no son obligaciones, que el pecado no es pecado. De esa forma, no es sorprendente que las obligaciones se descuiden y el pecado se comete. Resulta casi increíble el mucho terreno que toma el diablo cuando ha hecho que el pecado se convierta en motivo de controversia, cuando unos tienen una opinión y otros otra. Si alguna vez llegase a existir controversia en si la ebriedad, la promiscuidad sexual, las malas palabras, el robo o cualquier otra villanía fuesen pecados o no, se cometerían de manera más común y con un remordimiento de conciencia mucho menor. Por este medio, hasta los hombres buenos se ven peligrosamente incapacitados para resistir el pecado, y se ven más dispuestos para cometerlo. Cuídate de que el diablo no te arroje a ese adormecimiento de seguridad carnal. Cuando estás durmiendo despreocupadamente, la obediencia parece algo muy cansado, y, como sucede con los caballos cansados, no sientes sus espuelas. Ya estás medio vencido, y has perdido tu amor por la obediencia. Te encuentras en peligro de ceder finalmente.
*Richard Baxter fue un pastor, teólogo y escritor puritano inglés. Es considerado hoy como uno de los pastores más influyentes de la historia, no solo por su trabajo de campo, sino también por sus escritos.
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Si Bien es cierto hoy día el evangelio que algunos han querido modernizar, no hacen mención del daño que causa el pecado, las obras de la carne están acabando con la vida espiritual de muchos líderes y creyentes. Lo ven como que no me hables de eso. Sino, que sólo quieren ser prosperado. Pero la escritura enseña que lo que un día empezaste en el espíritu hoy terminas en la carne. Hacer la voluntad de Dios, ser obediente y alejarse del pecado hacer mejor. Que satisfacer los deseos de la carne.