Por: Teología Sana.
La oración es una parte fundamental de la vida cristiana. Es el medio por el cual nos comunicamos con Dios, presentamos nuestras peticiones, buscamos su dirección y le expresamos nuestro amor y gratitud. Sin embargo, es importante reconocer que hay ciertas oraciones que Dios nunca responderá. En este artículo, exploraremos cinco de estas oraciones, basándonos en la enseñanza bíblica.
1. Oración egoísta: «Señor, concédeme riquezas y prosperidad sin importar el impacto en los demás.» La Biblia nos enseña que la oración egoísta, centrada solo en nuestros propios deseos y ambiciones materiales, no es la voluntad de Dios. Filipenses 2:3-4 nos insta a considerar a los demás como más importantes que a nosotros mismos, y a no buscar solo nuestro propio interés.
2. Oración de presunción: «Dios, bendíceme con el éxito, sin esfuerzo ni sacrificio.» La Biblia nos enseña que el éxito viene a través del trabajo duro, la perseverancia y la dependencia en Dios. Proverbios 14:23 nos dice que en toda labor hay fruto, pero las vanas palabras empobrecen.
3. Oración para manipular a otros: «Señor, haz que esta persona me ame o haga lo que yo quiero.» Dios no aprueba la manipulación ni el control sobre la voluntad de los demás. En cambio, la Biblia nos enseña a amar a los demás.. 1 Juan 4:7 nos insta a amarnos unos a otros, ya que el amor viene de Dios.
4. Oración de incredulidad: La incredulidad y la duda no son el fundamento de una relación saludable con Dios. En cambio, la fe es la que agrada a Dios. Hebreos 11:6 nos dice que sin fe es imposible agradar a Dios, ya que es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que le buscan.
5. Oración con fines impuros o malvados. Una oración que Dios no responde es la que se hace con motivos impuros o malvados. Por ejemplo, una oración que busca dañar a otros, o que busca la satisfacción de deseos egoístas sin importar el impacto en los demás. La Biblia nos enseña en Santiago 4:3 que cuando pedimos con motivos equivocados, no recibimos lo que pedimos, porque lo hacemos con la intención de gastarlo en placeres. Por lo tanto, es importante que nuestras oraciones estén alineadas con la voluntad y el carácter de Dios, buscando su gloria y el bienestar de los demás.
La oración es un privilegio maravilloso que nos ha sido dado para comunicarnos con Dios. Sin embargo, es importante orar en línea con la voluntad de Dios, confiando en su soberanía y buscando su gloria por encima de nuestras propias necesidades. Al evitar estas cinco oraciones, podemos cultivar una relación más íntima y significativa con nuestro Padre celestial.
En lugar de enfocarnos en nuestras metas y deseos egoístas, debemos buscar la voluntad de Dios y confiar en sus promesas. Al hacerlo, experimentaremos el poder transformador de la oración en nuestras vidas y seremos testigos de las respuestas maravillosas que Dios tiene para nosotros, en su perfecto tiempo y según su perfecta voluntad.
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