Por: John MacArthur
Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»
«No hay santo como Jehová». 1 SAMUEL 2:2
La santidad de Dios significa que Él trasciende todo y es completamente justo y separado del mal.
La santidad es indiscutiblemente el atributo más significativo de Dios. Los ángeles no cantan: «Eterno, eterno, eterno». Al contrario, cantan: «Santo, santo, santo, es el Señor» (Apocalipsis 4:8, cf. Isaías 6:3). Su santidad resume todo lo que Él es. El salmista dice: «Santo y temible es su nombre» (Salmos 111:9). Moisés canta: «¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad» (Éxodo 15:11). Y Ana ora: «No hay santo como Jehová» (1 Samuel 2:2).
¿Qué significa que Dios es santo? La palabra traducida como «santo» en la Biblia proviene de una raíz que significa «separación». El ser y el carácter de Dios trascienden todo lo demás. Él no está sujeto a las flaquezas ni a las limitaciones de su creación. Dios es completamente sin pecado. No solo se conforma a un estándar santo; Él es el estándar.
La justicia de Dios está relacionada con su santidad. La santidad es el estándar y la justicia es su cumplimiento activo. O podría usted decir que su santidad representa su absoluta separación de todo lo que es pecaminoso y que su justicia es la manifestación de esa santidad.
David entendió cuán santo y justo es Dios. Por eso dice: «Justo es Jehová en todos sus caminos» (Salmos 145:17), y «tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso» (Salmos 71:19).
Por desdicha, muchos malinterpretan por completo la justicia de Dios. Si realmente entendieran cuán santo es Dios, ¿cree que vivirían de la manera en que lo hacen? Pero ignoran el estándar de Dios, pensando que Él realmente no los juzgará porque básicamente —ellos— son buenas personas. Pero «Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días» (Salmos 7:11). Como Dios es santo, la pena por cualquier pecado, por pequeño que parezca el mismo, es la muerte (Romanos 6:23).
No deje que el mundo corrompa su visión de Dios. No trate su pecado a la ligera. Al contrario, confiéselo, olvídelo y trate de complacer a un Dios santo.
Sugerencias para la oración: Pídale a Dios que pueda detestar el pecado como lo aborrece Él.
Para un estudio más profundo: Lea el Libro de Habacuc. ¿Cuáles son los cuestionamientos del profeta? ¿Cuáles son las respuestas de Dios? Estudie en detalle la respuesta de Habacuc en el capítulo 3.
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