Por: John MacArthur
Este artículo forma parte de la serie: Los dones espirituales
Cuando el Espíritu de Dios dirige y vigoriza a la iglesia, al menos se manifiestan ocho evidencias:
La iglesia controlada por el Espíritu está unificada. El Espíritu Santo es la fuente y el preservador de esa unidad, una unidad que no aplasta la individualidad.
La iglesia controlada por el Espíritu se caracteriza por el compañerismo. Su compañerismo es profundo y amplio, sincero e íntimo, incluye a cada creyente que tiene interés y participa.
La iglesia controlada por el Espíritu adora. Su adoración es significativa, genuina, centrada en Dios y participan todos en ella, al honrar a Dios el Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Su canto, su conversación y su vida alaban a Dios.
La iglesia controlada por el Espíritu es evangelista. El Espíritu Santo es el verdadero instrumento de cada conversión, cada nuevo nacimiento espiritual, y una iglesia que responde al Espíritu gana almas espontánea y gozosamente. Llevar inconversos a la nueva vida en Cristo es la primera prioridad y el resultado natural de su propia vida.
La iglesia controlada por el Espíritu es amorosa. Es una asamblea de personas que se preocupan e interesan unas por otras, un cuerpo de creyentes donde la generosidad y el sacrificio son normales.
La iglesia controlada por el Espíritu es obediente. Anda por el camino que Dios establece y solo en ese. Cree lo que la Biblia enseña, hace lo que la Biblia manda.
La iglesia controlada por el Espíritu es sumisa. La sumisión es una obediencia voluntaria, obediencia que surge gustosa del corazón. Se somete al Señor porque ama a su Señor y busca agradarle solo a Él.
La iglesia controlada por el Espíritu ministra. Como su Señor Cristo Jesús, su llamamiento y su meta no es ser servida, sino servir. Es una comunidad de creyentes en la que cada uno ministra mediante los dones y el poder del Espíritu Santo.
Cuando la iglesia hoy día no comprende el diseño y la intención de los dones espirituales de Dios, sino que más bien intenta clasificarlos según normas humanas, eleva ciertos dones por encima de otros y busca dones distintos a lo que ha recibido, y entonces se repite la confusión de la iglesia corintia.
Fragmentos del Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Primera Corintios.
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Buen tema, pero no tiene apoyo bíblico -al menos no lo declara –