Por: Dr. David Jeremiah
La Biblia no da un número exacto, pero hay muchas evidencias de que son una multitud imponente.
En aquella oscura noche de agonía, cuando un ángel vino a ministrar al Hijo de Dios mientras oraba en Getsemaní, Jesús tuvo que impedir que sus discípulos lucharan contra los soldados que vinieron a arrestarlo. Cristo amonestó a sus hombres con estas palabras: “¿Piensas que no puedo rogar a mi Padre, y Él pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53). Eso era suficiente para que cada discípulo tuviera su propia legión, de modo que fueran sus guardaespaldas personales. Una legión romana normal tenía entre tres mil y seis mil hombres, a menudo con el mismo número de combatientes de refuerzo. Por tanto, el ejército total que Jesús trajo a la mente sería tan grande como 144.000 soldados celestiales.
En una imagen majestuosa y atemporal de Hebreos 12:22, se nos dice que nos hemos acercado a “millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa”. En otras traducciones, esta asamblea es llamada “un sinnúmero de ángeles felices”, “miles de ángeles que alaban a Dios”, o “incontables miles de ángeles”. Es la palabra griega traducida como miríada, que vimos antes con el significado de decenas de miles o un número inmenso. En el Salmo 68:17, David probablemente está pensando en guerreros angelicales cuando dice: “Los carros de Dios son miríadas, millares y millares”.
En una de las visiones de Daniel en Babilonia, él vio a Dios (a quien llamó “el Anciano de días”) en un trono ardiente rodeado de seres angelicales: “Miles de millares le servían, y miríadas de miríadas estaban delante de Él (Daniel 7:10 LBLA).
El mismo lenguaje se repite en la visión de Juan del trono de Dios, en Apocalipsis 5:11. “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono… y su número era millones de millones”.
Eso es suficiente para llenar el estadio de beisbol de los Ángeles de California en Anaheim en cada partido jugado en casa durante casi veinte años, sin que nadie esté allí por segunda vez.
Al utilizar tales números, las Escrituras están, probablemente, describiendo simplemente un ejército indeciblemente grande, mucho más ángeles de lo que cualquiera de nosotros pudiera mirar y contar. Eso no quiere decir que Dios no conozca su número. Las Escrituras dicen que Él ha contado los cabellos de nuestra cabeza (Mateo 10:30). Y Él ha contado y dado nombre a todas las estrellas (Salmo 147:4); y sabe que “no falta ninguna de ellas” (Isaías 40:26). Si Él ha contado todas las estrellas y todos nuestros cabellos, con toda seguridad ha contado también los ángeles.
Dado que cierta porción de los ángeles se convirtió en ángeles caídos junto con Satanás, algunos eruditos bíblicos han especulado que quizá cada lugar en el cielo abandonado por un ángel caído será llenado en la eternidad por un ser humano redimido. Eso haría que la población del cielo volviera a ser la misma cuando fueron creados los ángeles.
*David Jeremiah es un autor cristiano evangélico estadounidense, fundador de Turning Point Radio and Television Ministries y pastor principal de Shadow Mountain Community Church, una megaiglesia bautista del sur en El Cajon, California, un suburbio de San Diego
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Hola, les queria preguntar: porque al caer el hombre toda la creación cayó bajo pecado?, el hombre fue expulsado de la presencia de Dios, ya por su pecado no puede relacionarse con Dios como lo hacía en el huerto, pero satanás, ( y esta es la pregunta) al revelarse contra Dios, fue expulsado junto a los ángeles que lo siguieron y la creación no cayó bajo pecado como con el hombre, es más siguió presentándose delante de Dios (que es santo y no admite el pecado) como en Job, siendo su oficio de acusador, cuestionar la vida de Job.