No olvides compartir ...

ÚNETE A NUESTRO GRUPO DE WhatsApp o Telegram. Y recibe materiales todos los días.

Por: J.C. Ryle

Leer Juan 1: 19 -28

Tenemos, por otro lado, en estos versículos, un maravilloso ejemplo de la ceguera de los hombres inconversos. El ejemplo nos lo da la situación de los judíos que cuestionaron a Juan al Bautista.

Estos judíos profesaron estar esperando la llegada del Mesías. Como todos los fariseos, se enorgullecían de ser hijos de Abraham y poseedores de los pactos. Descansaban en la Ley y alardeaban de Dios. Profesaban conocer la voluntad de Dios y creer en las promesas de Dios. Confiaban en que eran guías de ciegos y luces para aquellos que estaban en tinieblas (cf. Romanos 2:17–19). Y, sin embargo, en ese mismo momento, sus almas estaban completamente en tinieblas. “En medio de vosotros —les dijo Juan el Bautista— está uno a quien vosotros no conocéis”. Cristo mismo, el Mesías prometido, estaba en medio de ellos y, sin embargo, ni le conocieron ni le vieron. Y peor aún, ¡la inmensa mayoría de ellos nunca le conocieron! Las palabras de Juan el Bautista son una descripción profética de un estado de cosas que duró todo el período del ministerio terrenal de nuestro Señor. Cristo estuvo en medio de los judíos y, sin embargo, los judíos no le conocieron, y la mayor parte de ellos murieron en sus pecados.

Es un pensamiento solemne que las palabras de Juan el Bautista en este lugar se aplican estrictamente a miles en la actualidad. Cristo sigue estando en medio de muchos que ni le ven, ni le conocen ni creen. Cristo pasa por muchas iglesias y muchas congregaciones, y la inmensa mayoría ni siquiera le miran ni le oyen. El espíritu de inactividad parece haberlos invadido. El dinero, el placer y el mundo los conocen, pero no conocen a Cristo. El Reino de Dios está cerca de ellos, pero ellos duermen. La salvación está a su alcance, pero ellos duermen. La misericordia, la gracia, la paz, el Cielo, la vida eterna están tan cerca que podrían tocarlos; pero, no obstante, duermen. Cristo está en medio de ellos y ellos no le conocen. Son cosas que es lamentable tener que escribir. Pero todo ministro fiel de Cristo puede dar testimonio, como Juan el Bautista, de que son ciertas.

¿Qué hacemos nosotros? Esta, al fin y al cabo, es la gran pregunta que nos concierne. ¿Conocemos la amplitud de nuestros privilegios religiosos en este país y en estos tiempos? ¿Somos conscientes de que Cristo va de un lado a otro en nuestro país invitando a las almas a unirse a Él y a ser sus discípulos? ¿Sabemos que el tiempo es breve y que la puerta de misericordia pronto se cerrará para siempre? ¿Sabemos que si rechazamos a Cristo pronto lo abandonaremos? ¡Felices aquellos que tienen en cuenta estos interrogantes y que conocen el tiempo de su visitación (cf. Lucas 19:44)! Será mejor en el último día no haber nacido que haber tenido a Cristo en medio nuestro y no haberle conocido.

Fragmento extraído de «Meditaciones sobre los evangelios: Juan»

*John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo. Foto de Edgar Martínez.


Siga leyendo …

Puedes seguirnos en WhatsApp, Instagram,Messenger,Facebook, Telegram o Youtube. También puede suscribirse a nuestro boletín por correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *