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Por: John Piper

Este artículo forma parte de la serie: La providencia de Dios.

Providencia sobre las plantas

Dios no solo gobierna los elementos inanimados de la naturaleza, como la tierra, el agua y el viento (sin mencionar el fuego), sino que también manda a las plantas

y estas le obedecen. “ Y el SEÑOR Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza” (Jon 4:6). Pero más importante que una intervención tan extraordinaria en el caso de Jonás, es la obra diaria de Dios en el sostenimiento de millones de personas al hacer el alimento para el hombre y los animales:

Él hace brotar la hierba para el ganado,

Y las plantas para el servicio del hombre,

Para que él saque alimento de la tierra,

Y vino que alegra el corazón del hombre,

Para que haga brillar con aceite su rostro,

Y alimento que fortalece el corazón del hombre (Sal 104:14-15).

El grano del campo obedece al llamado del Señor, ya sea para perecer en la hambruna o para prosperar al frenar la hambruna:

Y llamó al hambre sobre la tierra;

Quebró todo sustento de pan

 (Sal 105:16; cf. 2R 8:1; Ez 5:16-17; 14:13).

Los libraré de todas sus inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre ustedes (Ez 36:29; cf. Rut 1:6).

Si no vemos la providencia sobre las plantas, ¿cómo podemos saborear el cuidado de Dios?

El Señor Jesús nos enseñó que la observación de estos procesos de la providencia en la vida vegetal de la tierra no tiene solo el propósito de maravillarnos o de hacer comparaciones estéticas con los labios de un amante (Cnt 5:13), sino que también tiene el propósito de reforzar nuestra fe en el cuidado providencial de nuestro Padre celestial:

Y por la ropa, ¿por qué se preocupan? Observen cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan. Pero les digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará Él mucho más por ustedes, hombres de poca fe? (Mt 6:28-30).

Esto es realmente asombroso. Dios quiere que miremos las flores y seamos alentados y fortalecidos para dejar la ansiedad de tener ropa para vestir. ¿Cómo es posible que eso funcione? Es decir, si somos pobres y apenas tenemos ropa y no tenemos zapatos, ¿cómo puede un lirio floreciente tener el poder de calmar nuestros corazones del miedo a la vergüenza y la exposición?

La respuesta es que no puede—a menos que estemos profundamente persuadidos por una doctrina sólida y bíblicamente informada de la detallada providencia de Dios sobre las plantas, y sobre nuestras vidas. Una de las razones por las que escribo este libro es para ayudar a los cristianos a vivir en la devoción radical y libre de buscar primero el reino (Mt 6:33), porque nuestra doctrina de la providencia nos mueve a creer realmente que el control de Dios es lo suficientemente detallado, poderoso y misericordioso como para vestir a cada lirio del planeta y darnos todo lo que necesitamos para vivir Su justicia.

Foto de Sebastian Pichler en Unsplash


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Un comentario en «Dios gobierna y controla toda la tierra (Parte 6) – John Piper»

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