Por: A. W. Pink
Este artículo forma parte de la serie: Guarda tu corazón
«Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón». Debemos guardarlo celosamente como el lugar de habitación de Aquel a Quien le diste ese corazón. Debemos guardarlo con gran vigilancia porque no sólo el enemigo está tratando de entrar, sino que también él en sí mismo es engañoso.
El texto es claro al decirnos «sobre toda cosa»; es decir, por encima de todas las preocupaciones de nuestra vida exterior, porque debemos tener en cuenta que los ojos de los hombres están en la apariencia, mientras que el corazón es el objeto de la mirada santa de Dios. Entonces debes «guardar» tu corazón más diligentemente que tu reputación, tu cuerpo, tu posición, tu dinero. Con esfuerzo y oración, para que ningún mal deseo prevalezca. Evitando toda satisfacción de los placeres, toda alimentación del orgullo y toda ira.
Tomado de «Cristianismo práctico» de A. W. Pink. Foto de Esperanza Doronila en Unsplash
*A.W. Pink. Fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas
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