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Por: John MacArthur

Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»

«Soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor». EFESIOS 4:2

Para andar digno, debemos perdonar a nuestros enemigos y amarlos.

El término indulgencia no se usa mucho en la actualidad y, por lo tanto, es desconocido para algunos de nosotros. La palabra griega para la frase «con paciencia [o indulgencia]» significa «suprimir con silencio». Conlleva la idea de lanzar algo como una sábana sobre el pecado. La Primera Carta de Pedro 4:8 dice: «El amor cubrirá multitud de pecados», y Proverbios 10:12 declara: «El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas». Una persona indulgente no proclama los pecados de los demás, sino que los perdona. La paciencia tiene cabida para los fracasos de los demás. El que es tolerante también ama a las personas a pesar de los errores que podrían haber hecho.

Ágape, la palabra usada para «amar» en este versículo, es el amor que da pero que no exige. Es el tipo de amor que busca el mayor bien para el otro, sin importar el costo. Dios mostró su ágape al darnos a su único Hijo (Juan 3:16). Jesús

dijo: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos» (15:13). Ágape es benevolencia inconquistable y bondad invencible; es desapego por completo.

Tal vez la descripción más grande del amor paciente sea el resumen que Jesús expone en Mateo 5:43-45: «Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos». Antes de que nos salvara, éramos enemigos de Dios, pero Él estuvo dispuesto a enviar a su Hijo de todos modos (Romanos 5:10). Como somos hijos de Dios, también debemos buscar el mayor bien de nuestros enemigos, cueste lo que cueste. Tal costo debería incluir algo más que aguantar la calumnia y la persecución de nuestros enemigos. El genuino amor paciente asumirá la tarea más difícil: amar a los que nos odian.

Sugerencias para la oración: Agradézcale a Dios por mostrar un amor paciente al enviar a Cristo a morir por los pecadores que no lo merecen. Ore por sus enemigos y para que Dios le dé fuerza para amarlos como debe.

Para un estudio más profundo: Además de Cristo, el ejemplo más claro de amor paciente es la actitud de Esteban hacia aquellos que lo apedrearon. Lea su historia en Hechos 6 al 7 y observe su amor hacia sus verdugos. Medite en las personas a las que les cuesta amar y ore para que Dios le muestre a usted formas específicas de manifestarles amor.


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