Por: J.C. Ryle
Los verdaderos cristianos no tendrán motivos para alarmarse en el día final, al margen de lo que le acontezca al mundo. El Señor aparecerá en las nubes del cielo, y a la Tierra la consumirá el fuego; las tumbas entregarán a los muertos que haya en ellas, y el mar entregará a los muertos que haya en él; se dará comienzo al Juicio, y los libros serán abiertos; los ángeles separarán el trigo de la cizaña y apartarán los peces buenos de los malos; pero en ninguna de estas cosas hay nada que deba hacer temer a los creyentes. Vestidos con la justicia de Cristo, serán hallados sin mancha e irreprensibles; a salvo en la verdadera arca, no sufrirán daño alguno cuando el diluvio de la ira de Dios caiga sobre la Tierra. Entonces se cumplirán plenamente las palabras del Señor: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. Entonces verán los impíos y los incrédulos que era verdad aquello que se les dijo: “[Bienaventurados aquellos] cuyo Dios es Jehová” (Salmo 33:12).
*John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo.
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