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Por: Miguel Núñez
Este artículo forma parte de la serie «95 tesis para la iglesia de hoy» del Pastor Miguel Núñez
La palabra “arrepentimiento” casi ha desaparecido de las predicaciones y los llamados a la salvación
Basada en Lucas 5:32
El Señor Jesucristo nos definió claramente en Lucas 5:32 el propósito de Su misión: “No he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento”. Hoy en día se llama al pecador a que invite a Cristo a entrar en su corazón sin el debido arrepentimiento. No podemos olvidar las palabras de Juan el Bautista: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. De la misma manera, el apóstol Pedro, más adelante, llama a la audiencia justamente a lo mismo: “Por tanto arrepentíos y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor” (Hechos 3:19).
No es posible tener una visitación de Dios sin el previo arrepentimiento.
Lo que marca la vida de un verdadero discípulo es su vida de arrepentimiento, y no un evento en el pasado donde en una ocasión él recuerda haber invitado a Cristo a su corazón. Ciertamente, el Señor tiene que morar en nosotros por medio del Espíritu, pero dicha morada es el paso siguiente luego de nuestro arrepentimiento de pecado. Que Dios nos aclare el entendimiento y pueda traer nuevamente a los predicadores hoy en día, la palabra “arrepentíos”, para que podamos ver grandes cosechas como fruto de la predicación fiel de Su Palabra. Si llamas a la salvación, ¡no olvides llamar al arrepentimiento!
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