Por: Max Lucado.
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Romanos 8.14
De tanto escucharnos pensarán que no creemos lo que dice este versículo. Pensarán que no creemos en la Trinidad. Hablamos acerca del Padre y estudiamos acerca del Hijo; pero cuando se trata del Espíritu Santo, en el mejor de los casos estamos confundidos y en el peor, atemorizados. Confundidos porque nunca nos han enseñado. Atemorizados porque se nos ha enseñado que temamos.
¿Me permites que simplifique un poco las cosas? El Espíritu Santo es la presencia de Dios en nuestra vida, y lleva a cabo la obra de Jesús. El Espíritu Santo nos ayuda en tres sentidos: interiormente (al concedernos el fruto del Espíritu, Gálatas 5.22–24), hacia arriba (al interceder por nosotros, Romanos 8.26) y hacia afuera (al derramar el amor de Dios en nuestros corazones, Romanos 5.5).
Fuente: Cuando Dios Susurra tu Nombre