ÚNETE A UNO DE NUESTROS GRUPOS DE WHATSAPP, para recibir materiales todos los días,
Por: A. W. Tozer
Jeremías 9:24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Cuando se ve desde la perspectiva de la eternidad, la necesidad más crítica de estos tiempos puede ser que la iglesia sea vuelta de su larga cautividad en Babilonia, y que el nombre de Dios sea glorificado de nuevo en ella como lo era antiguamente.
Pero no hemos de pensar que la iglesia es un cuerpo anónimo, una abstracción religiosa y mística. Nosotros, los cristianos, somos la Iglesia, y cualquier cosa que hagamos la está haciendo la Iglesia. Por tanto, se trata de cada uno de nosotros como individuos. ¿Qué pueden hacer los cristianos corrientes para hacer volver la gloria que se marcho? ¿Existe algún secreto que debamos aprender? ¿Hay alguna fórmula que podamos aplicar a nuestra propia situación presente para producir un avivamiento personal?
La respuesta a estas preguntas es «sí». Sin embargo, es una respuesta que puede resultar fácilmente decepcionante para algunos, ya que es de todo menos profunda. No estoy proponiendo un pictograma esotérico, ni un código místico que haya descifrarse con esfuerzo. No apelo a ninguna ley oculta del subconsciente, ni a ningún conocimiento oculto para unos pocos privilegiados. El secreto está abierto para que lo lea cualquier caminante. Es el antiguo y siempre nuevo consejo: Conoce a Dios. Para recuperar su poder perdido, la Iglesia debe ver el cielo abierto y tener una visión transformadora de Dios.
Puedes seguirnos en , Facebook, Telegram o Youtube. También puede suscribirse a nuestro boletín por correo electrónico.