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Por: Teología Sana.

Este es un libro imprescindible y que creo que debe ser leído por todos los cristianos, un clásico espiritual de esta magnitud debería ser de lectura obligada para todos los creyentes en Cristo Jesús. Les recuerdo que el libro lo pueden descargar totalmente gratis en este enlace.

Si las frases que tomé del libro te son de bendición, entonces te invito a compartirlas con tus amigos.

1. Recuerde, miles de veces es mejor estar sin dinero y sin salud y sin amigos y sin compañía y júbilo que estar sin Cristo.

2. Despierte a un sentido más profundo del lamentable estado de aquellos que están “sin Cristo”. Frecuentemente, se nos recuerda de aquellos que están sin alimentos, ropa, escuela o iglesia. Compadezcámonos de ellos, ayudémoslos en la medida en que podamos. No obstante, nunca olvidemos que hay personas cuyo estado es aún más lamentable. ¿Quiénes son? ¡La gente “sin Cristo”!

3. ¿Tenemos parientes sin Cristo? Compadezcámonos de ellos, oremos por ellos, hablemos al Rey de ellos, esfuércese en evangelizarlos. No dejemos ninguna piedra sin remover en su esfuerzo por traerlos a Cristo.

4. Nada prueba tan concluyentemente la naturaleza humana perdida como la carencia general y común del apetito espiritual. La vasta mayoría está ahora intensamente sediento por dinero, por poder, por placer, por rango, por honor, por distinción. Para seguir causas perdidas, cavar por oro, tartar de abrir un camino a través de la gruesa bóveda de hielo al Polo Norte; para esta clase de objetivos no existe falta de aventureros y voluntarios. ¡Fiera e incesante es la competencia para estas coronas corruptibles! Pero pocos, verdaderamente, en comparación, son aquellos que están sedientos por la vida eterna. No es de sorprenderse que el hombre natural sea llamado “muerto”, “dormido”, “ciego” y “sordo” en las Escrituras.

5. Las universidades pueden conferir grados, y las escuelas pueden impartir conocimiento sobre todos los misterios pero no pueden hacer a los hombres sentir el pecado. Darnos cuenta de nuestra necesidad espiritual y sentir verdadera sed espiritual es el ABC en el cristianismo salvador.

6. Es Su oficio (de Dios) recibir a los pecadores. Es Su agrado darles perdón, vida y paz.

7. La mano de un hombre puede tomar una piedra de la tumba y mostrar a los muertos; sin embargo, ninguno, excepto Jesús puede decir a los muertos ¡“Vengan y vivan”! (Jn. 11:41-43).

8. Está escrito una y otra vez que “cualquiera que crea no morirá, sino que tendrá vida eterna” (Jn. 3:15, 16). A aquel que no trabaja pero que cree en Aquel que justifica a los impíos, su fe es contada por justicia (Rom. 4:5).

9. Para Dios es tan fácil hacer una cosa como decirla. Cualquier cosa que Él promete, Él ciertamente la hará.

10. Mientras tenga una comunión más cercana con Cristo más reconfortado se sentirá.

11. Aquel que desea ser salvo, entre los lectores de este mensaje, que sepa este día que los primeros pasos hacia el cielo son un profundo sentido de pecado, y una humilde estima de sí mismos.

12. Feliz es aquel que ha aprendido a acercarse a Dios con la oración del recolector de impuestos: “¡Dios, se misericordioso conmigo, un pecador!” (Luc. 18:13)

13. Otros pueden trabajar por una corona corruptible pero un ministro de Cristo trabaja por una corona incorruptible.

13. Conocer la perfección inefable de Dios y nuestra propia e inmensa imperfección, ver nuestra propia inefable defectuosidad y corrupción es el ABC de la religión salvadora.

14. Por Él todas las almas salvadas han entrado al cielo, desde Adán hasta hoy, y sin Él nadie nunca ha escapado del infierno.

15. Vendrá un tiempo cuando el pecado sea expulsado de este mundo. La maldad no florecerá sin castigo. Satanás no reinará para siempre, la creación no gemirá siempre por esa carga.

16. La vestimenta de nuestro Hermano Mayor, la justicia de Cristo, es la única túnica que puede cubrirnos y habilitarnos a pararnos en la luz del cielo sin vergüenza.


*John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo.

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