Por: A. W. Pink
Este artículo forma parte de la serie: Guarda tu corazón
El hombre es lo que su corazón es. Si este está separado de Dios, entonces nada vivo hay en él. Si este está bien con Dios, todo estará bien. Así como la pieza principal de un reloj hace trabajar y mover cada parte, así igual es con el hombre: «cual es su pensamiento en su corazón, tal es él» (Proverbios 23:7). Si el corazón es recto, sus acciones también lo serán. Así como es el corazón del hombre, es su estado ahora y después: si este es regenerado y santificado habrá una vida de fe y santidad en este mundo, y la vida eterna será disfrutada en el siglo venidero. Por lo tanto, «mejor busca limpiar tu corazón en vez de limpiar tu habitación; mejor busca alimentar tu corazón más que lo haces con tu mascota; mejor busca defender tu corazón, más que lo haces con tu casa; mejor busca guardar tu corazón, mucho más que lo haces con el dinero» (Peter Moffat, 1570).
«Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida» (Proverbios 4:23). Aquí el «corazón» es puesto como todo nuestro ser interior, el hombre «interno, el del corazón» (1 Pedro 3:4). Esto es lo que controla y nos da carácter en todo lo que hacemos. El «guardar» el corazón es una gran obra a la que Dios nos ha mandado: la habilidad es del Señor, pero la responsabilidad es nuestra. Estamos llamados a mantener los pensamientos lejos de la vanidad, nuestro entendimiento lejos del error, la voluntad lejos de la perversión, la consciencia libre de culpabilidad, nuestros deseos lejos de estar desordenados y anclados al pecado, la mente lejos de ser usada en lo que es indigno y vil; todo nuestro ser lejos de estar poseído por Satanás. Ésta es una obra a la que Dios nos ha llamado.
Correctamente, dijo el puritano John Flavel, «El guardar y dirigir correctamente el corazón en cada circunstancia, es la gran tarea de un cristiano». Ahora el «guardar» el corazón correctamente implica que este haya sido reparado. Esto es en la regeneración, cuando le es dada una nueva inclinación espiritual. La verdadera conversión es el corazón pasando del control de Satanás al control de Dios, del pecado a la santidad, del mundo a Cristo. El guardar el corazón significa que debe haber un constante cuidado, y una diligencia de parte del regenerado para mantener su alma en santidad por la gracia de Dios.
Puede leer la segunda parte de este artículo AQUÍ.
Tomado de «Cristianismo práctico» de A. W. Pink. Foto de Esperanza Doronila en Unsplash
*A.W. Pink. Fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas
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Muy buena la reflexión en limpiar mi cuarto es mejor empezar a limpiar mi corazón estoy pasando por un tipo de crisis donde mi corazón yo mismo he permitido se contamine pero mi deseo es vivir en santidad y en todo lo que yo haga quiero agaradarle a Dios
Muy buena la reflexión en vez de limpiar mi cuarto es mejor empezar a limpiar mi corazón estoy pasando por un tipo de crisis donde mi corazón yo mismo he permitido se contamine pero mi deseo es vivir en santidad y en todo lo que yo haga quiero agaradarle a Dios