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Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Encuentros con el Dios Todopoderoso»
¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano, y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos? ¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra? ¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros? ISAÍAS 40:12
Imagínate salir a millones de años luz al espacio y encontrar un cuerpo tan inmenso que podrías arrojar todo nuestro sistema solar en él. Como lanzar una pala de carbón en un horno, solo se tragaría nuestro sistema solar y continuaría.
Después de pensar en todo eso, recuerda que Dios lo contiene todo. Recuerda que Dios está fuera de todas las cosas, dentro de todas las cosas y alrededor de todas las cosas. Recuerda que nuestro Dios lo creó. Esa es la inmensidad de Dios […] Aquí en Isaías tenemos lo que es más vasto e imponente que cualquier cosa que saliera jamás de la mente de Shakespeare. Es el pensamiento del gran Dios […] moviéndose a través de su universo […] con sus mundos tan grandes que todo nuestro sistema solar se vería como un grano de arena en comparación. Y Dios se destaca allá y llama a todos estos millones de mundos como sus ovejas; los llama a todos por su nombre y los conduce a través del vasto cielo. Diría que este es el pensamiento más elevado que conozco, dentro o fuera de la Biblia. Y Dios hace esto, pues «ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio» (Isaías 40:26).
Señor, eres más inmenso de lo que puedo imaginar, pero eres un Dios personal que me conoce por mi nombre. Me postro ante ti con asombro. Amén.
Foto de Vincent Chin en Unsplash
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