Por: John MacArthur
Este artículo forma parte de la serie de devocionales «Fortaleza para hoy»
«Andad… con paciencia». EFESIOS 4:1-2
Jesús es nuestro mayor ejemplo de paciencia, en todo lo que soportó, para comprar nuestra redención.
Pablo nos dice aquí que el andar digno es con paciencia y una vez más vemos que Jesús la modeló para nosotros. A lo largo de los evangelios, Él mostró repetidas veces los tres aspectos de la paciencia que exploramos en la lección anterior.
Primero, soportó circunstancias negativas. Antes de que viniera al mundo, estaba con el Padre en la gloria celestial, donde los ángeles lo alababan y adoraban continuamente. Dejó un lugar de perfección absoluta y amor para ir a otro donde se burlaban de Él, donde lo odiaban, lo rechazaban, lo blasfemaban y hasta lo crucificaron. Él «sufrió la cruz» (Hebreos 12:2) a pesar de que tenía poder para escapar de ella.
Jesús también enfrentó a personas difíciles. La noche antes de su crucifixión, después de tres años de enseñar sobre el amor y el servicio, sus discípulos discutían acerca de cuál de ellos era el más grande (Lucas 22:24). Sin embargo, Jesús no se dio por vencido con ellos. Más aun, oró por aquellos que lo escupieron y se burlaron de Él en la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (23:34). Quería que sus asesinos fueran perdonados para que estuvieran con Él en el cielo por siempre.
En el huerto de Getsemaní, pocas horas antes de ser clavado en la cruz, Jesús mostró su disposición a aceptar el plan del Padre. Así que oró: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39). Pudo soportar un sufrimiento inimaginable porque sabía que era la voluntad de Dios.
Deberíamos estar muy agradecidos a Cristo por «toda su clemencia» (1 Timoteo 1:16), porque nuestro pecado lo ha ofendido una y otra vez. Él pudo habernos enviado al infierno el primer momento en que pecamos, pero su Espíritu nos llevó con paciencia al arrepentimiento. Debido a su paciencia, debemos comprometernos a seguir su ejemplo perfecto.
Sugerencias para la oración: Ore para que Dios cada día le dé fuerzas para ser paciente en todo, tal como Cristo.
Para un estudio más profundo: Hebreos 12:3 nos dice que consideremos «a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar». El ejemplo de paciencia que modela Cristo nos anima a soportar cuando suframos. Encuentre otras demostraciones de su paciencia en los evangelios y considere en qué modo puede afectar el ejemplo de Cristo a su actitud durante las pruebas.
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