No olvides compartir ...

ÚNETE A UNO DE NUESTROS GRUPOS DE WHATSAPPpara recibir materiales todos los días, 

Por: Dr. César Vidal.

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿O la angustia? ¿O la persecución? ¿O el hambre? ¿O la desnudez? ¿o el peligro? ¿O la espada? ³⁶ Como está escrito: «Por causa de ti vamos a la muerte todo el tiempo. Somos contados como ovejas de matadero». ³⁷ Sin embargo, en todas estas cosas, somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. ³⁸ Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni potestades ni lo presente ni lo por venir ³⁹ ni lo alto ni lo bajo ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en el Mesías Jesús Señor nuestro (Rom. 8:28-39).

La historia puede discurrir de maneras duras, difíciles, incluso sanguinarias y crueles. Sin embargo, hasta en sus páginas más terribles no está ausente el propósito de Dios, un propósito que podemos no ver, pero que resulta innegable en su realidad. En medio de ese propósito brilla de manera extraordinaria el amor de Dios, un amor que se extiende desde mucho antes de que viniéramos a este mundo siquiera porque incluye la predestinación de aquellos que serán un día llamados y justificados. Se trata también de un amor que nunca podrá cambiarse por acusación o condena de Dios ya que es imposible que deje de recaer sobre los justificados por la fe y así es porque no existe poder alguno capaz de apartar a Sus hijos de Él.

Fuente: Apóstol para las naciones: La vida y los tiempos de Pablo de Tarso pág. 48 -49, versión electrónica. B&H Publishing Group


Puedes seguirnos en FacebookTelegram Youtube. También puede suscribirse a nuestro boletín por correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *