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Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Encuentros con el Dios Todopoderoso»
«¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo?—afirma el SEÑOR—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?». JEREMÍAS 23:24
Dios es inmanente, lo que significa que no tienes que recorrer distancias para encontrar a Dios. Él está en todo. Él está aquí mismo.
Dios está por encima de todas las cosas, por debajo de todas las cosas, afuera y adentro de todas las cosas. Dios está arriba, pero no lo empujan hacia arriba. Está debajo, pero no lo presionan hacia abajo. Está afuera, pero no está excluido. Está adentro, pero no está confinado. Dios preside por encima de todas las cosas, sostiene por debajo todas las cosas, abarca desde afuera todas las cosas y llena la parte interna de todas las cosas. Esa es la inmanencia de Dios. Él no viaja para llegar a ninguna parte.
Podemos decir en oración: «Oh Dios, ven y ayúdanos», porque nos expresamos de una manera psicológica. Sin embargo, lo cierto es que Dios no tiene que «venir» a ayudarnos, pues no hay ningún lugar donde no esté Dios.
Señor, qué alentador es saber que estás aquí conmigo mientras trato de encontrarme contigo. Dame una clara sensación de tu presencia, tanto ahora como en el transcurso del día. Amén.
Foto de Ross Sneddon en Unsplash
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