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Por: Miguel Núñez

Este artículo forma parte de la serie «95 tesis para la iglesia de hoy» del Pastor Miguel Núñez

Es posible asistir a una iglesia donde se predica la Palabra por toda la vida y creernos creyentes… y terminar en la condenación eterna

Basada en Mateo 7:20-23

De hecho, es posible, incluso, predicar la misma Palabra y terminar de la misma manera. Por eso decía George Swinnock que es una cosa terrible irse al infierno desde los bancos de una iglesia, pero que es una cosa horrenda irse a la condenación o al infierno desde el púlpito. Y en esto estamos tratando de llamar la atención.

Hay mucha gente que ha hecho profesiones de fe, pero en realidad no ha tenido una verdadera conversión, un verdadero encuentro con la persona del Señor Jesucristo. El mismo Señor advirtió contra este problema y, si pudiéramos decir, esta gran herejía de la aceptación del Señor como Salvador, pero no como Señor, como nos manda la Palabra. Por eso Él decía: “Por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: ‘Señor, señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi padre que está en los cielos.

Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?’. Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de Mí, los que practicáis la iniquidad’”. Palabras severas que salieron de los labios del Señor Jesucristo y que Mateo registra en 7:20-23. Cada uno de nosotros Jesucristo y que Mateo registra en 7:20-23. Cada uno de nosotros necesita cerciorarse de que ha hecho una verdadera conversión delante de Dios. Y la mejor manera de hacer eso es revisando nuestros propios frutos a la luz de la Palabra de Dios. ¡Revísate¡


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2 comentarios en «Es posible asistir a una iglesia sana y terminar en la condenación eterna – Miguel Núñez (+ VIDEO)»
  1. Cada vez que pido ayuda a Dios para manejar mi pecado no pasa nada, todo parece peor, siento que Dios me dejó en mis propias fuerzas y por más que oro, que lloro, no hay ayuda, todo empeora. Si logro algún avance, todo se cae en mi vida, las cosas van peor. En una ocasión perdí mi trabajo por 4 años y eso me dió amargura. Pido oración por todos lados para ver si Dios escucha a alguien para que me libre.

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