Por: Dr. César Vidal.
Para millones de personas, el bautismo es un sacramento administrado a niños recién nacidos. La práctica de los primeros cristianos difícilmente hubiera podido ser más diferente. El bautismo entonces solo se administraba a personas que habían experimentado previamente una conversión y que habían dado testimonio de ese paso. Con toda seguridad, el bautismo se administraba por inmersión como la etimología del término batpizo—sumergir, en griego— indica. Esa y no otra era la práctica de los primeros discípulos de Jesús
Apóstol para las naciones: La vida y los tiempos de Pablo de Tarso pág. 38 -39, versión electrónica. B&H Publishing Group
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