Más de 150 sacerdotes católicos y otras personas relacionadas con la arquidiócesis de Baltimore, en el estado de Maryland, abusaron sexualmente de más de 600 niños en los últimos 80 años.
Anthony Brown, el fiscal general de Maryland, acusó a los miembros de la Iglesia católica de décadas de encubrimiento y de una «asombrosa omnipresencia» de abuso sexual en el documento de 463 páginas.
Los investigadores empezaron su trabajo en 2018. El informe ha sido recibido con conmoción y enojo por las víctimas y los activistas.
El arzobispo de Baltimore, William Lori, pidió perdón a las víctimas y prometió que esta «época reprobable en la historia de esta arquidiócesis» no será ignorada ni olvidada.
CIENTOS DE MILES
Se revisaron cientos de miles de documentos, que se remontan hasta la década de 1940.
Más de 600 niños sufrieron abusos por parte de las 156 personas incluidas en este informe, escribió Anthony Brown. «Pero el número [real] es probablemente mucho mayor». Los niños aislados y vulnerables fueron a menudo objeto de abusos, según la investigación.
A menudo eran jóvenes estrechamente vinculados a la iglesia: monaguillos, miembros del coro, participantes en organizaciones juveniles de la iglesia, trabajadores de las viviendas de la institución.
«La historia descubierta por la investigación es la de un abuso generalizado, pernicioso y persistente por parte de sacerdotes y otro personal de la arquidiócesis«, dijo el fiscal general del estado en una conferencia de prensa.
El informe acusa a la arquidiócesis de Baltimore de encubrir de forma sistemática y metódica los abusos cometidos por miembros de la Iglesia católica.
«Una y otra vez, los obispos y otros líderes de la Iglesia mostraron una empatía hacia los abusadores, que superó cualquier compasión mostrada hacia los niños que sufrieron abusos», dice el informe.
Asimismo, enumera los múltiples casos en que los líderes eclesiásticos parecieron proteger a clérigos acusados, en lugar de exigirles responsabilidades.
En gran parte, los abusadores permanecían en su puesto o, a lo sumo, eran trasladados a otra parroquia. Además, las investigaciones que la Iglesia llevaba adelante estaban dirigidas por otros clérigos y no por profesionales independientes, según el informe.
En una declaración publicada en internet, el arzobispo Lori afirmó que los relatos de abusos son «estremecedores y desgarradores».
«A la mayoría le resulta difícil imaginar que puedan haber ocurrido actos tan perversos. Las víctimas de todo el mundo conocen la dura verdad: estos actos malvados ocurrieron».
VÍCTIMAS
Jean Hargadon Wehner, víctima de abuso en Baltimore en manos del orientador y capellán del colegio católico al que asistía, ha dicho que «sigue enojada», según informó la agencia Associated Press.
El presunto abusador de Wehner era A Joseph Maskell, mencionado en el informe como sospechoso de haber abusado de al menos 39 personas.
Antes de morir en 2001, Maskell negó las acusaciones y nunca fue procesado.
Kurt Rupprecht, otra víctima de abuso, en este caso en la parroquia de Salisbury en 1970, aseguró: «Estamos aquí para decir la verdad. No vamos a parar. Nos enfrentamos a esto todos los días. Es nuestra cadena perpetua».
Para Rupprecht, el sentimiento es de alivio, porque ahora podrá haber un «ajuste de cuentas social, un ajuste de cuentas público», según dijo a los medios locales.
Terence McKiernan, presidente de Bishop Accountability, un grupo de defensa de las víctimas, calificó el informe de «espeluznante aportación a nuestra comprensión de los abusos a menores cometidos por la Iglesia en Baltimore».
Con información de agencias.
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