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Por: A. W. Pink

Vamos a señalar una vez más que este gran cambio no es completado por un solo acto del Espíritu sobre o en el alma, sino que ocurre en distintas etapas: comienza en la regeneración, continúa a través de todo el proceso de nuestra santificación, y es consumado solamente en nuestra glorificación.

Por eso, la regeneración es solo el comienzo de la reversión de lo que ocurrió en la caída. Por el mismo hecho que la regeneración es mostrada como un nacimiento Divino, nos indica que es sólo el principio de la vida espiritual en el alma, y que se necesita un desarrollo y crecimiento de la misma. «El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo» (Filipenses 1:6) es la declaración evidente y bendita garantía de lo que está incluido en el «nacimiento», y textos tales como «nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día» (2 Corintios 4:16) y nosotros «somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (2 Corintios 3:18), nos dicen algo de las obras Divinas en las almas de los regenerados mientras el gran cambio continúa, poco a poco, hasta su consumación.

Ese milagro de gracia, que comenzó en la regeneración, progresa gradualmente en nosotros por el proceso de la santificación, que aparece en nuestro crecimiento en la gracia.

Tomado de «Cristianismo práctico» de A. W. Pink. Foto de Esperanza Doronila en Unsplash

*A.W. PinkFue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas


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