Por: John MacArthur
Este artículo forma parte de la serie: «Devocional Acércate a Dios«
«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (Efesios 1:3).
Cuando bendecimos a Dios, lo hacemos con palabras de alabanza; cuando Él nos bendice, lo hace con obras de bondad.
La breve doxología de Pablo identifica a Dios el Padre como el destinatario final y fuente de bendición: aquel a quien se atribuye la bendición y el que otorga bendiciones a quienes lo aman.
El término «bendito» traduce la palabra griega eulogeõ, de la cual tenemos elogio. Bendecir o elogiar a Dios es alabarlo por sus obras poderosas y su carácter sagrado.
Esa debería ser la respuesta de tu corazón y del mío, tal como ha sido la de los creyentes a través de las edades. El salmista dijo: «Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia» (Salmos 66:20); y «Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas» (Salmos 72:18). Pedro, por su parte, dijo: «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos» (1 Pedro 1:3).
Cuando la situación se revierte y Dios nos bendice, no es por la alabanza puesto que, aparte de Él, no hay nada digno de elogio en nosotros. Al contrario, Él nos da beneficios inmerecidos a través de sus muchas obras de bondad. La Escritura lo identifica como la fuente de todo lo bueno (Santiago 1:17), que trabaja con todas las cosas para nuestro bien y para su gloria (Romanos 8:28).
Eso es solo una muestra de las muchas bendiciones que Dios nos prodiga en su Hijo, Jesucristo. Es un ciclo maravilloso: Dios nos bendice con obras de bondad; nosotros lo bendecimos con palabras de alabanza.
Cuídate de pecar con la ingratitud. Reconoce las bendiciones de Dios en tu vida y permite que llenen tu corazón y tus labios con alabanza humilde y sincera.
Sugerencias para la oración: Identifica diez bendiciones específicas que Dios te haya otorgado en los últimos días y alábalo por cada una de ellas.
– Pídele que te haga más consciente y agradecido por su bondad contigo.
– Está listo siempre para buscar el perdón cuando creas merecer las bendiciones de Dios.
Para un estudio más profundo: Lee el Salmo 103. (¿Qué bendiciones menciona David allí?, ¿Qué utilidad tienen para tu vida?)
*El Pastor John MacArthur es ampliamente conocido por su enfoque detallado y transparente en la enseñanza bíblica. Macarthur es pastor, un escritor y conferenciante mundialmente conocido, y ha servido como pastor-maestro desde 1969 en Grace Community Church en Sun Valley, California, E.U.A. Foto de Daniel Xavier
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