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Los ídolos no son sólo objetos de madera y piedra de las antiguas civilizaciones – son todo lo que elevas al lugar más alto en tu vida.

Los ídolos no son solo objetos de madera y piedra de las antiguas civilizaciones – son todo lo que elevas al lugar más alto en tu vida. Los ídolos están vivitos y coleando hoy en día, y es probable que tengas algunos en tu vida. Pero ten cuidado – idolatrar incluso a las cosas buenas pueden llevar a la destrucción inesperada en nuestras vidas y relaciones. Aquí hay 4 ídolos de hoy en día a los cuales puede que les hayas construido un altar:

ÍDOLOS MODERNOS:

1. El dinero. Si tu ídolo es el dinero, entonces tienes que seguir ganando más y más. Y si la gente se lastima en el proceso, no te importa, ya que es el precio de hacer negocios, incluso si se trata de tu familia.

2. El éxito. Si tu ídolo es el éxito, entonces tienes que mantener el logro, ganando, y subiendo la escalera. Y cuando fallas (y fallarás), tu mundo se desmorona porque el fracaso no es una opción. Si no fracasaras, no serias un ser humano.

3. El matrimonio. Si tu ídolo es el matrimonio, entonces crees que tu pareja tiene que ser todo para ti. Cuando descubres que no lo es, piensas que debiste haber elegido a la persona equivocada y necesitas a otra.

4. La aprobación. Si tu ídolo es la aprobación, entonces crees la distorsión que no puedes sentirte bien de sí mismo a menos que otros te aprueben. Eso significa que siempre serás un esclavo a la opinión de los demás.

Hay una cantidad de otras cosas buenas que pueden convertirse en ídolos en tu vida tomando el lugar máximo. ¿Puedes pensar en alguna? Tómate tu tiempo para pensar en lo que debería estar en el trono de tu vida, y no dejes que cualquier otra cosa tome ese lugar.

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Un comentario en «Ten cuidado con estos 4 ídolos modernos»
  1. Mi estimado hermano en Cristo:
    Los materiales que ofrecen son muy valiosos e importantes para nuestro crecimiento espiritual para compartir con nuestros familiares, amigos, vecinos y a los lugares que lleguemos en cumplimiento de la Gran Comisión encomendado por nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
    Esperando sus gratas noticias, me suscribo de usted.
    Fraternalmente,
    Fernando

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