Otra característica de la fe salvífica es que le da al corazón la victoria sobre las vanidades e inmundicias de las cosas del mundo.
«Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo; nuestra fe» (1 Juan 5:4).
Observe que esto no es un objetivo tras el cual el cristiano se esfuerza, sino en realidad es una experiencia presente. En esto el santo ha sido conformado a su Cabeza: «pero confiad, Yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).
Cristo lo venció por Su pueblo y ahora Él lo vence en ellos. Él abre sus ojos para que vean lo hueco e indigno que este mundo ofrece, y desconecta sus corazones para satisfacerlos con cosas espirituales. Él mundo atrae tan poco al verdadero hijo de Dios que éste anhela que llegue el momento en que Dios lo saque de allí. ¡Ay de aquellos que profesan el nombre de Cristo no teniendo ningún conocimiento de estas cosas! ¡Ay de aquellos que han sido engañados con una fe que no salva!
«Un cristiano solamente vive para Cristo. Muchas personas piensan que pueden ser cristianos en términos más fáciles que estos. Ellos piensan que es suficiente confiar en Cristo, aunque no vivan para Él. Pero la Biblia nos enseña que si tenemos parte de la muerte de Cristo también somos participantes de su vida. Si tenemos tal valoración de Su amor al morir por nosotros y llevarnos a confiar en los méritos de Su muerte, seremos llevados a consagrar nuestras vidas a Su servicio. Y ésta es la única evidencia de la autenticidad de nuestra fe». (Charles Hodge acerca de 2 Corintios 5:15)
Tomado de «Cristianismo práctico» de A. W. Pink. Foto de Brooke Cagle en Unsplash
*A.W. Pink. Fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas