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Por: John MacArthur

Pablo comenzó su relato sobre el «aguijón en la carne» indicando la razón por la que le fue dada: «para que no me enaltezca sobre medida». El ataque fue doloroso, pero intencionado. Como en el caso de Job, Satanás fue la causa inmediata, pero Dios fue la causa última. Dios estaba permitiendo que Satanás trajera este severo aguijón con el propósito de humillar a Pablo quien, habiendo tenido tantas revelaciones, incluyendo un viaje de ida y vuelta al cielo, se hubiera sentido orgulloso.

El uso de Pablo de la palabra «mensajero» (griego, angellos, o ángel) de Satanás sugiere que la «espina en la carne» (literalmente, «una estaca para la carne») era un demonio, no una enfermedad física. De los 188 usos de la palabra griega angellos en el Nuevo Testamento, al menos 180 se refieren a ángeles. Este ángel era de Satanás, un demonio que afligía a Pablo.

Posiblemente, la mejor explicación para este demonio era que estaba habitando en el cabecilla de la conspiración de Corinto, el líder de los falsos apóstoles. A través de ellos estaba destrozando la amada iglesia de Pablo y clavando así una dolorosa estaca en Pablo. El contexto de los capítulos 10-13, en el que se lucha contra los adversarios (los falsos profetas), respalda esta opinión. El verbo traducido «abofetear» siempre se refiere al maltrato por parte de otras personas (Mateo 26:67; Marcos 14:65; 1 Corintios 4:11; 1 Pedro 2:20). Finalmente, el Antiguo Testamento describe a los oponentes personales de Israel como espinas (Núm. 33:55; Jos. 23:13; Jue. 2:3; Ez. 28:24).

De La Biblia Diaria de MacArthur Copyright © 2003. Usado con permiso de Thomas Nelson Bibles, una división de Thomas Nelson, Inc, Nashville, TN 37214, www.thomasnelson.com.


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