Por: George Whitefield
Este artículo forma parte de la serie: 365 días con George Whitefield
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Mateo 5:14
Permítaseme exhortarte con las palabras «si hay alguna consolación en Cristo […], si alguna comunión del Espíritu»> (Filipenses 2:1) a que consideres una y otra vez que todos los cristianos son como casas edificadas en lo alto de un monte. Te conviene, pues, conducirte con gran prudencia ante aquellos que están fuera, y cuidarte de que tu conversación en la vida cotidiana se corresponda con una profesión tan manifiesta del evangelio de Cristo, sabiendo que los ojos de todos los hombres están puestos sobre ti.
Esforcémonos, pues, queridos hermanos en asegurarnos de que nuestra práctica se corresponda con nuestra profesión. No pensemos que en el último día bastará con decir: «Señor, ¿acaso no nos reunimos en tu nombre, y nos animamos mutuamente cantando salmos, himnos y cánticos espirituales?». Porque de cierto te digo que, a pesar de eso, nuestro Señor te dirá que te apartes de él. Recibirás un juicio mayor si, en medio de tales grandes alardes, se demuestra que trabajas para la iniquidad.
¡Ojalá que en el último día te presentes como un discípulo santo y sincero de nuestro Señor Jesucristo en todas las cosas! Así anticiparás la felicidad de un estado futuro y, al participar en la comunión con los santos en este mundo y contribuir a ella, podrás ser apto para unirte a la comunión con los espíritus de los justos hechos perfectos, con los santos ángeles y con el bendito y eterno Dios en el Cielo.
*George Whitefield, (1714 – 1770). Ministro de la Iglesia de Inglaterra, evangelista en el Gran Despertar, uno de los fundadores del metodismo, nacido en Gloucester, Inglaterra. Lea más de su biografía en este enlace.
Tomado de «365 días con George Whitefield«, lecturas seleccionadas y editadas por Randall J. Pederson, puedes adquirirlo en este enlace.