Por: Paul D. Tripp.
Este artículo forma parte de la serie: «Nuevas Misericordias cada mañana» de Paul D. Tripp
Sí, es verdad: Dios permanece fiel aun cuando tú eres infiel. ¿Sabes por qué? Porque Su fidelidad descansa en Su persona, no en lo que tú haces.
2 Timoteo 2:13 dice: “Si somos infieles, Él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a Sí mismo”. Este versículo muestra una forma de vida radicalmente diferente que no es normal para ninguno de nosotros. La mayoría de los seres humanos son seducidos por la forma de vida que dice: “De ti depende”, o: “Si lo rompes, lo pagas”. En esta forma de vida, tú eres el dueño de tu destino. Con esta perspectiva solo puedes apoyarte en tus instintos, en tu fuerza, en la sabiduría que has acumulado a lo largo de los años, en tu habilidad de anticipar lo que está por venir, en tu carácter y madurez, en los dones que has recibido. Es una forma de vivir aterradora, donde estás “solo contra el mundo”.
Pero al ser parte de la familia de Dios todo se voltea de cabeza. Dios no solo perdona tus pecados y te garantiza un lugar en la eternidad, sino que, además, te invita a vivir una vida nueva y radical. Esta nueva forma de vivir no consiste en someterse al código moral de Dios solamente. No, consiste en el pacto que Dios tiene contigo de serte fiel por siempre, dándote Su sabiduría, Su poder y Su gracia por la eternidad. Piensa en esto: Aquel que creó al mundo y lo controla, Aquel que es la definición perfecta del amor, la verdad y el bien, Aquel que es el único que tiene el poder para derrotar al pecado ha escogido, por Su misericordia, extender Sus brazos alrededor tuyo, protegiéndote y amándote fielmente. Él nunca te soltará.
Puedes descargar el peso de tu vida de tus hombros, ya que Dios lo ha puesto sobre los Suyos. Esto no significa que no importa cómo vives tu vida, pero sí significa que tu seguridad no se encuentra en tu fidelidad, sino en la Suya. Él es digno de confianza, aun cuando tú no. Él es bueno y fiel, aun cuando tú no. Él hará lo que es bueno y correcto, aun cuando tú no. Dios es fiel para perdonarte cuando la gracia te redarguye de lo infiel que has sido.
En vez de darte una licencia para pecar, esta verdad debería motivarte a perseverar en la gracia. Su gracia te llama a invertir tu vida en la única cosa que nunca se acabará, es decir, la fidelidad de tu Señor.
Para profundizar y ser alentado: 1 Corintios 1:4-9. Foto de Andreas Wagner en Unsplash