Por: Richard Baxter*
“Asegúrese de que su estilo de vida no contradiga su enseñanza, de otro modo, terminará deshaciendo todo el bien que pudiera haber hecho. Si nuestras vidas son inconsistentes, la gente pronto pensará que hay muy poca verdad en el cristianismo y que nuestra predicación es solamente palabrería. Si lo que decimos es en serio, entonces pondremos en práctica lo que decimos. Una sola palabra de soberbia, una explosión de enojo, o un solo acto egoísta pueden destruir rápido todas sus labores.
Si usted no anhela el éxito del evangelio, entonces, ¿Por qué está en el ministerio? ¿Acaso no está preparado para aguantar insultos y ofensas, no está dispuesto a controlar su temperamento, a mortificar su orgullo y a acomodarse a los pobres para ganar almas? Es extraño ver como algunos predican muy cuidadosamente, pero viven descuidadamente. Debemos tener mucho cuidado de ser hacedores de la palabra y no solamente “habladores”, engañándonos a nosotros mismos (vea Stg.1:21).
Debemos ser tan cuidadosos acerca de nuestra forma de vivir, tal como somos cuidadosos para predicar. Si deseamos ganar almas, entonces esta será nuestra meta, tanto cuando estamos en el púlpito, como cuando estamos fuera de él. Sea diligente para usar toda su vida para Dios y no simplemente su lengua.”
Fuente: El Pastor Reformado
*Richard Baxter fue un célebre teólogo puritano no conformista, poeta y escritor de himnos.