Por: Jonathan Edwards
Este artículo forma parte de la serie: «365 días con Jonathan Edwards«
Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor, porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todo (1 Crónicas 29:11).
La voluntad de Dios es que las revelaciones de su terrible majestad y su temible santidad y justicia acompañen a las revelaciones de su gracia y su amor, para que sus criaturas cuenten con una percepción precisa y ajustada de él.
La gloria de Dios es que tales atributos van unidos en la naturaleza divina, que tal como es un ser de misericordia, amor y gracia infinitos, así también es un ser de una majestad tremenda e infinita, y de una justicia y una santidad temibles. La unión perfecta y armoniosa de estos atributos en la naturaleza divina es lo que constituye la principal dimensión de su gloria. Los temibles y terribles atributos de Dios, junto con sus atributos delicados y bondadosos, se reflejan gloriosamente entre sí; y el ejercicio de uno de ellos es perfectamente coherente y armonioso con el ejercicio del otro.
Si se ejercieran los atributos delicados y bondadosos sin la presencia de los otros, y si hubiera amor, misericordia y gracia de forma incoherente con la autoridad, la justicia y el aborrecimiento infinito del pecado por parte de Dios, no habría gloria. Si el amor y la gracia de Dios no concordasen con su justicia y el honor de su majestad, lejos de ser honor, sería una deshonra para Dios. Tal como Dios, pues, determina glorificarse a sí mismo cuando revela los unos, también revelará los otros. Cuando revela su amor y su gracia, se mostrarán en armonía con esos otros atributos; de lo contrario, su verdadera gloria no quedaría de manifiesto.
(De Dios hace a los hombres sensibles a su miseria antes de revelar su misericordia y amor, p. 835). Citado en «365 días con Jonathan Edwards«, lecturas seleccionadas y editadas por Dustin W. Benge, puedes adquirirlo en este enlace. Foto de Breno Machado en Unsplash
*Jonathan Edwards (1703 – 1758). Predicador norteamericano congregacionalista, usado por el Señor en el Gran Despertar ; nacido en East Windsor, Condado de Connecticut, puedes leer más de su biografía en este enlace.