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Por: Nancy DeMoss Wolgemuth

Estas son las evidencias de que quizás has dejado tu primer amor:

1. Puedes estar horas o días casi sin pensar o mencionar a Cristo.

2. No tienes un deseo fuerte de pasar tiempo con Él. No tienes hambre por la Palabra.

3. El pasar tiempo en oración es una carga y un deber más que un deleite.

4. Tu alabanza, tu devoción es formal, seca y sin vida. Y te encuentras solo yendo a través de todas estas actividades.

5. La oración privada y la adoración son casi inexistentes. Y estas son frías y secas.

Quizás encuentres que puedes orar en grupo. Puedes adorar en la iglesia. Puedes alzar tus manos al cielo…pero y ¿qué acerca de tu devoción privada? ¿Y qué acerca de tu oración privada? Si es casi inexistente, si es fría y seca, entonces esto puede ser una evidencia de que has dejado tu primer amor. Esta es una de las áreas en las que el Señor me habló mientras hacía este estudio. Me encanta orar con otros pero se me hace difícil orar sola. Y Jesús está interesado en eso en mi vida y en la tuya.

6. ¿Estás más interesada en tu salud física, en tu bienestar y en tu comodidad más que en el bienestar y la condición de tu alma?

Si es así entonces esto es una evidencia que tú has dejado tu primer amor. Charles Spurgeon dijo: «Es la pérdida de tu primer amor que te hace buscar las comodidades de tu cuerpo en vez de la prosperidad de tu alma». ¿En que estás más enfocada? ¿Has dejado tu primer amor?

Y esta es una que habló a mi vida:

7. ¿Ansías la comida física mientras tienes muy poco apetito por la comida espiritual? ¿Qué amas más? ¿Qué te atrae más? ¿La comida física o la comida espiritual?

8. ¿Deseas la compañía de otras personas más que una relación con Cristo?

9. Quizás te encuentras a ti misma pasando más tiempo y esfuerzo en tu apariencia física que en cultivar la belleza que es interna, espiritual que le agrada a Cristo.

10. ¿Para quién vives? ¿Para la alabanza de quien vives? ¿Te encuentras pasando mucho tiempo en tu apariencia externa, quizás obsesionada con tu pelo, con el maquillaje, con el vestido?

Y quizás tú me respondas: «Bueno, pero es que yo no estoy obsesionada por esas cosas», pero ¿estás más enfocada en cultivar la belleza interna que el vestirte con humildad, con amor y mansedumbre, de la misma forma en que te aseguras que te vistes a la moda , o que tienes el corte de pelo adecuado? Es asombroso cuánto tiempo pasamos en esas cosas materiales. Y de nuevo, no hay nada malo en esas cosas a menos que roben nuestro afecto por Cristo.

11. Tu corazón hacia Cristo está frío e indiferente. No es tierno como una vez lo fue y encuentras que la Palabra o una conversación espiritual no te mueve fácilmente.

Me he encontrado en tiempos que me he podido sentar en el servicio de santa cena, me he sentado en cultos y he escuchado mensajes o música acerca de la cruz y no encuentro que mi corazón se derrite, mi corazón no se mueve. Y cuando eso es así, es una evidencia que me he alejado de mi primer amor, de que me he ido, he abandonado mi primer amor.

12. Quizás encuentres que el cristianismo es algo más que hacer en tu lista de cosas por hacer que una relación con Cristo. Cosas que hacer, cosas que no hacer, más que una relación con una persona viva.

13. Quizás te halles a ti misma midiéndote espiritualmente, a ti o a otros, midiendo tu rendimiento más que la condición de tu corazón. ¿Cómo te mides espiritualmente, a ti misma y a otros?

14. Quizás para ti el cristianismo se define más por lo que haces que por quien eres. Y si eso es verdad, si eso es así puede que hayas dejado tu primer amor por Cristo.

15. ¿Encuentras que tu obediencia, tu servicio a Cristo está motivado y alimentado por las expectativas de otros? ¿Por qué haces lo que haces? ¿Lo haces porque otros esperan que lo hagas, porque tienes que hacer una actuación? ¿Quizás lo haces para impresionar a otros? ¿O lo haces para complacer a Dios porque le amas? ¿Qué te motiva, qué te impulsa a la obediencia y al servicio?

16. ¿Está tu servicio a Cristo motivado por un sentido del deber y de la obligación? Si es así, puedes haber dejado tu primer amor.

17. O quizás encuentras que estás resentida por las dificultades y las demandas de servir a Cristo y a otros. Esta es una característica, una evidencia de haber dejado tu primer amor.

18. Puedes hablar con otras personas acerca de los niños, acerca de tu matrimonio, acerca del clima, acerca de las noticias, pero se te hace muy difícil cuando tienes que hablar con otros del Señor o de los asuntos espirituales. Es como si te amarraran la lengua o te cerraran la boca. ¿Qué pasa? Algo anda mal.

Escucha, cuando estabas saliendo con alguien, y alguien te decía que hablaras del joven del que estabas enamorada, simplemente lo hacías, no te importaba para nada hablar de él. Así cuando amamos a Cristo con ese primer amor, no es difícil para nosotras hablar acerca de Él, involucrarnos en una conversación espiritual con otros.

19. Quizás encuentres que se te hace difícil compartir un testimonio espontáneo y fresco en un servicio de la iglesia o cuando alguien te pregunta. Como alguien que me preguntó recientemente, ¿qué te ha estado enseñando el Señor últimamente? ¿Tienes que luchar para encontrar algo fresco que compartir? Quizás estás siguiendo todas las actividades religiosas. Tienes toda esta maquinaria pero has dejado tu primer amor.

20. Quizás te encuentres siendo formal, rígida y tensa acerca de las cosas espirituales en vez de gozosa y encantadora.

21. Quizás seas crítica, áspera hacia aquellos que están viviendo doctrinalmente fuera de la sana doctrina o que están viviendo en pecado.

22. Y aquí tenemos otra, si te das cuenta que estás disfrutando las canciones seculares y las películas y los libros más que material cantado y leído que apunta a Cristo, entonces necesitas preguntarte ¿qué estás amando realmente?

23. Si prefieres la compañía de personas que no aman a Cristo a la compañía y la comunión de aquellos que sí le aman, entonces debes evaluar tu vida amorosa.

24. Si tienes actitudes o estás envuelta en actividades que tú sabes son contrarias a las Escrituras, pero continúas en ellas de todas maneras, eso es una evidencia que has dejado tu primer amor.

25. Si te encuentras a ti misma justificando «pequeñas áreas» (y lo pongo entre comillas) pequeñas áreas de desobediencia, entonces esto es una evidencia de que has dejado tu primer amor.

26. ¿Has sido arrastrada de vuelta a hábitos pecaminosos que habías dejado cuando eras una nueva creyente pero ahora te encuentras atrapada en esas cosas de nuevo? Quizás has dejado tu primer amor.

27 O quizás las pequeñas cosas que molestaban tu consciencia ya no lo hacen y te has vuelto insensible.

28. Si te consideras muy justa y recta, y estás más preocupada en el pecado de los otros que de tu propio pecado, entonces debes evaluar tu relación de amor con Cristo.

29. En el área del dar, si te aferras firmemente a tu dinero y a tus cosas en vez de ser rápida para dar o encuentras difícil dar sacrificialmente para la obra del Señor cuando escuchas de necesidades financieras en el cuerpo de Cristo o en la iglesia o en medio de otros ministerios, entonces quizás amas más el dinero que a Dios.

30. Si el acumular y mantener cosas materiales consume más tiempo y esfuerzo de tu parte que perseguir y cultivar riquezas espirituales entonces hay probabilidades de que hayas dejado tu primer amor.

31. Si tienes relaciones rotas con otros creyentes que tú no estás dispuesta a reconciliar o que no has intentado reconciliar, entonces has dejado tu primer amor, porque Jesús dice, «si tú me amas, entonces amarás a tus hermanos y hermanas en el cuerpo».

Ahora hay muchas otras cosas que probablemente podríamos añadir a esta lista, pero estas son algunas de las que vinieron a la mente mientras me estaba preparando para esta sesión. Y solo quiero preguntarte, «¿cómo está tu vida amorosa?» Estamos hablando acerca de lo que realmente disfrutas. ¿Qué te motiva? De lo que te impulsa. De lo que te controla.

¿Has dejado tu primer amor? Si es así, el primer paso para regresar es ser honesta. Reconoce que estás ahí.

*Nancy Leigh DeMoss es una autora y predicadora cristiana estadounidense. A la vez es anfitriona de los programas de radio Revive Our Hearts («Aviva Nuestros Corazones«) Imagen de Republica en Pixabay

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Un comentario en «Más de 30 evidencias de que quizás has dejado tu primer amor – Nancy DeMoss Wolgemuth»

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